26/04/2025
El líder de la Iglesia católica recorrió el mundo llevando esperanza, acercándose a las periferias y promoviendo diálogo, inclusión y reconciliación.
BONA DATA
- Realizó 47 viajes apostólicos que incluyeron 66 países
- Eligió destinos marcados por el conflicto o la marginación
- Promovió el diálogo interreligioso en regiones clave del planeta
- Reforzó el vínculo entre la Iglesia y los jóvenes
- Su último viaje fue a Córcega en diciembre de 2024
El pontificado de Francisco dejó una huella profunda en los rincones más necesitados del mundo. Su decisión de salir de Roma para ir al encuentro de pueblos heridos por la pobreza, la violencia o la indiferencia construyó una narrativa pastoral inédita. El papa eligió las periferias, tanto geográficas como existenciales, para sembrar un mensaje de paz y justicia.
El primer viaje internacional fue a Brasil, donde participó en la Jornada Mundial de la Juventud. En la misa final en Copacabana asistieron más de tres millones de personas. Visitó favelas y hospitales, y lanzó un mensaje potente: "¡Hagan lío!". Con ese llamado desafió a los jóvenes a salir de la comodidad y transformar la realidad con coraje y compromiso social.
En Belén, Francisco celebró misa y se reunió con autoridades palestinas. Su gesto más recordado fue orar en silencio junto al muro de separación entre Cisjordania e Israel. Con ese acto, apoyó el derecho de los pueblos a convivir en paz y reafirmó su compromiso con una salida justa al conflicto de Medio Oriente.
Durante la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, visitó el campo de concentración de Auschwitz. Sin discursos ni proclamas, caminó en silencio, rezó en soledad y se encontró con sobrevivientes. Esa elección selló un mensaje profundo: el horror no se olvida, se transforma en memoria para prevenir nuevos odios.
El primer papa en visitar la península arábiga fue recibido en Abu Dabi, donde firmó el Documento sobre la Fraternidad Humana junto a un importante líder musulmán. Ese gesto histórico selló un compromiso por la convivencia, el respeto mutuo y la libertad religiosa en una región clave para el futuro del entendimiento global.
En un país arrasado por décadas de guerra, Francisco caminó por Mosul, visitó Ur y celebró misa en Bagdad. Su encuentro con el gran ayatolá Ali al-Sistani fue uno de los momentos más relevantes de su viaje. Con este gesto extendió una mano al islam chiita y pidió reconstruir la esperanza donde antes hubo dolor.
Sudán del Sur fue el país más joven del mundo y uno de los más castigados por la violencia. Francisco viajó con líderes cristianos de otras confesiones para reclamar el fin del conflicto. Dialogó con desplazados y pidió incluir a mujeres y jóvenes en la reconstrucción nacional.
Su último viaje internacional fue a Ajaccio, capital de Córcega. En menos de doce horas celebró una misa en la Place d'Austerlitz y rezó el Ángelus con la comunidad. También mantuvo un encuentro con el presidente francés. Su despedida pública dejó una marca emotiva en la isla y selló su presencia como pastor universal hasta el final.
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26 de abril de 2025