El insólito hecho ocurrió en  Florencio Varela en el Instituto Doctor Sallarés. Las autoridades del colegio tras enterarse tomaron cartas en el asunto sobre los alumnos involucrados.

Un estudiante, de quinto año del Colegio Doctor Sallares, llevó el pasado jueves un arma Bersa calibre 22, al establecimiento educativo. Con la cual se filmó, “a modo de chiste”, simulando fusilar a sus compañeros de clase.  Ante la situación, los padres de los jóvenes solicitaron que los videos sean borrados de las redes, por su parte los directivos resolvieron una serie de medidas, para que esto no vuelva a ocurrir.

El dramático incidente ocurrió en el colegio privado, anteriormente mencionado, ubicado sobre calle España al 2900. Los directivos, al tener conocimiento de lo ocurrido, establecieron una serie de medidas hacia los chicos que realizaron dicho video.

“Nosotros tomamos conocimiento el jueves de la semana pasada, en vísperas del feriado, ahí nos llegan las imágenes, nos llega al cuerpo directivo”, explicó Ignacio Ferrandi Representante del establecimiento en una entrevista con TN y detalló: “no estaba en el colegio, pero veo las fotos y las imágenes son impactantes”.

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Ante las imágenes, comenzó a establecerse la duda de si era un arma real o de juguete, puesto que los videos eran realmente alarmantes para la comunidad educativa. “Lo primero que hicimos como institución fue tratar de identificar a los chicos, porque en las imágenes se ve el uniforme de los chicos pero no la identidad de ellos porque son menores”.

Por otro lado, tras conocerse la identidad de uno de los jóvenes, el establecimiento citó este lunes a los padres del mismo, para hablar de lo ocurrido. “Nos ponemos en contacto con la familia  y la citamos para primera hora del día de hoy, lo que hicimos fue ponerlos en conocimiento de  lo que había pasado  porque nos les habíamos adelantado anda”, explicó Ferrandi.

La decisión de los directivos

Asimismo añadió: “Lo que sí establecimos que era un problema grave y que debían presentarse con el menor,  hablamos con él y tratamos de establecer  la situación y en qué momento había ocurrido”. Sin embargo, la institución averiguó por su cuenta, con personas especializadas y establecieron que las armas en cuestión eran de juguete.

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“Lo primero que hicimos fue identificar a los alumnos que son todos menores. Hablamos con ellos y con sus familias y tratamos de entender en qué momento ocurrió. Me miraron a la cara, se quebraron, se pusieron a llorar y pidieron perdón. Nos dijeron que para ellos fue un juego”, estableció el representante legal.

Ante la situación, los directivos, decidieron tomar cartas en el asunto ante lo ocurrido tras una charla con los padres y los jóvenes involucrados para aclarar la situación y ver cómo abordarla. “La primera medida que tomamos como institución, para llevar tranquilidad a las familias, fue que los alumnos continúen cursando de manera virtual desde su casa, mientras tenemos un abordaje con un profesional que nos pueda dar un parámetro, para establecer si esos chicos estaban o no jugando”, explicó Ferrandi.

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Con lo cual, los chicos estarán separados de la institución, aunque continuarán su escolaridad de manera remota. Mientras tanto, son atendidos por un profesional de la salud, psicólogo, para que establezca los factores que llevaron a los jóvenes a tener dichos comportamientos.

Los videos se volccieron virales

Entre las imágenes que se viralizaron, los jóvenes aparecían apuntándose entre compañeros, mientras se filmaban y fotografiaban. Dichos documentos, eran subidos a sus redes y compartidos entre usuarios. Entre los archivos, puede verse a un joven arrodillado, mientras otro le apunta  a la cabeza.

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En uno de los videos, uno de los chicos mirando a cámara exclamó: “Para vos gordo”, mientras apuntaba con el arma. Asimismo, entre las imágenes compartidas pueden verse a los chicos apuntando entre sí, a compañeros de clase y en otras ocasiones llevándose el arma a la boca.

Cabe mencionar que, entre los elementos que se viralizaron, se estableció que una bala era real. Esto hizo que la situación fuera aún más escandalosa, dado el grado de implicación y el hecho de establecer qué hacía un alumno con una munición de verdad.