El Bonaerense habló con Lucero Enterrio el oriundo de Lanús que patina desde pequeño y consiguió abrirse las puertas al mundo arriba de la tabla. Siguiendo una cultura familiar, ahora sueña en grande.

Muchas veces nacemos y sin saberlo el destino nos tiene preparado una pasión que nos va a atravesar desde los pies hasta la cabeza, pasando por lo más profundo del alma. En la mayoría de los casos el fútbol es uno de esas raíces culturales que nos interpela desde el nacimiento. Las familias vuelven del mismo club al recién llegado y se da continuidad al legado. Sin embargo, a Lucero Enterrio su papá lo enamoró del skate y hace más de 12 años no se baja de la tabla.

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La pasión se transmite de generación en generación a partir de historias, vivencias y mucho entusiasmo por una actividad. En el caso del skater nacido en Lanús fue sentirse en el aire de la mano de su padre lo que lo volvió un fanático de las tablas. "Mi viejo andaba en skate de chico y me lo transmitió. Me acuerdo patente un día cuando era chico y me hizo bajar el cordón de la mano. Era muy chico y quedé flashando. Me quedó esa sensación de adrenalina y me pareció un montón".

Queriendo o no, su papá despertó en Lucero un fuego muy difícil de apagar, es más hasta imposible parecería. Ni el golpe más fuerte al intentar un truco complejo pueden calmar la llama que se prendió aquél día. "Al próximo fin de semana fuimos a una pista en Bernal y había rampas, me encantó. Fui con mi padrino y mi papá. Ese día comenzó todo".

Agradecido con su "viejo", como le gusta decirlo, inició un camino de ensueño. Primero yendo cada dos semanas a patinar y, ahora, pasando más tiempo arriba del skate que en cualquier otra actividad existente. "Le debo todo a él porque el skate me dio todo a mí, entonces fue gracias a él", aseguró. Su familia le dio el espacio y se dedicó a volar sobre las cuatro ruedas.

Skate, una forma de expresión

Pasada la Dictadura Cívico Militar, la cultura de hip hop pudo llegar a la Argentina. Si bien fue de forma tardía, su impacto iba a mostrar rápidamente una forma de expresión necesaria para jóvenes urbanos. En la actualidad el rap y trap son dos campos en auge, pero tiempo atrás el grafiti y el skate eran las expresiones de esa basta cultura con mayores adherentes.

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Luego, la profesionalización deportiva puso en duda cómo percibe cada uno a la actividad de patinar con la tabla. Sin embargo, Lucero no duda y combina ambas facetas. "Lo veo como un deporte desde el lado que entrenar. Debo cuidar mi cuerpo porque estoy en un nivel de exigencia para el físico. Pero yo lo veo como una forma de expresarme y un estilo de vida. Para mí es un arte y cada skater tiene una forma de andar. Eso es lo lindo, cada uno transmite su manera. No lo tomo del lado competitivo".

La calle, las amistades, la difusión y la cultura detrás de la tabla hicieron que en un momento determinado su experiencia cambie notablemente. Hace más de 12 años está compenetrado profundamente por el skate, pero hace cinco años todo cambió. "Empecé la facultad y realmente iba, pero movía la pierna de lo ansioso que era. Necesitaba irme a andar en skate, encima la pista queda atrás de la universidad. Me dije me pongo a pleno por esto", afirmó.

Muchas personas sienten pasión extrema por una actividad, profesión o deporte, pero hay ciertas limitaciones culturales que las frenan. La educación es el camino del progreso, aunque siempre en su justa medida. El corazón comprende más de sentimientos y a Lucero lo animó a jugársela por sus sentimientos. "Hay que estudiar y tener un plan b, pero realmente debemos darlo todo lo que uno quiere hacer. No hay otro momento para hacerlo que el hoy. Yo decidí eso. No fue solo ir a andar en skate, sino hice muchas cosas extra".

Vivir siendo un skater

Trabajó duro, tuvo plena dedicación y se animó a sentir que podía lograrlo. Así, Lucero consiguió darse el lujo de vivir cada día arriba de la tabla. Siendo feliz en lo suyo, en cada momento muestra concentración para mantenerse vigente. "Me levanto y me voy al gimnasio. Luego, como y me voy a andar. Dedico unas seis horas al skate sin parar. Algunas veces tengo que sacar fotos o hacer videos para marcas y eso cambia, pero generalmente es todo skate".

Su familia lo sumergió en un mundo interesante, pero la tabla lo hermanó con otros apasionados que lo acompañan diariamente. Es lindo hacer lo que apasiona, pero aún más tener con quien compartirlo. "Tengo un grupo que siempre andamos. Hay muchos de capital. Es como una familia que me motivan un montón para seguir hacia adelante".

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Los Juegos Olímpicos adoptaron al skate como un deporte y las posibilidades se incrementaron aún más para los competidores. Sin embargo, Lucero lo lleva en su esencia como una forma de expresión. "No compito nunca. En San Juan fui, pero no me gusta competir. Voy a mostrar mi skate y mis trucos, no practico mis rutinas. Voy a fluir, me gusta viajar, hacer tours y disfrutar. Para mí se trata de compartir y disfrutar", aseguró.

Viajando a través de la tabla

Con su crecimiento personal y el deseo propio de ir por más se dio el lujo de crecer en profesionalmente. Así, marcas le dieron un espacio para desarrollarse y, también, consiguió invertir lo suyo en conocer el mundo. "Para mí es muy importante viajar. Te hace madurar y te abre la cabeza. Estuve casi dos meses en Europa. Crecí en lo personal y en el skate, todo hacer crecer el nivel. La plata no vale nada y lo mejor que se puede hacer es invertirla en viajar".

Por ello, tiene claro sus objetivos a futuro. Quiere seguir perfeccionándose y ser más profesional. También busca continuar abriendo nuevas rutas en su horizonte y ya planifica a varios años, aunque afirma que todo llegará a su tiempo. "Estar arriba de la tabla significa tranquilidad. Disfruto, me da una paz. Soy muy hiperactivo y ansioso. Esto me relaja y me hace disfrutar todo. Me permite vivir el presente bien".

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Así, con su crecimiento propio, las salidas del país y el recorrido por todo Argentina alcanzó lo soñado. Por eso no duda en rendirle total agradecimiento a la tabla. "El skate me dio todo, me abrió las puertas al mundo. No me imagino sin andar. Es lo que soy, fuera del deporte es algo muy especial para mí", cerró.