Una futura nutricionista de Ramos Mejía,  creó una cuenta de Instagram donde comenta sobre su vida diaria, logros y enseña que “no hay que dudar de nuestras capacidades, porque uno nunca sabe de lo que es capaz”.

Johanna Mena tiene 21 años y nació con parálisis cerebral provocada por falta de oxígeno. El mismo no llegó al cerebro en el momento del parto por lo que le afectó a los cuatro miembros (brazos y piernas). Sin embargo, a través de redes sociales, ella es inspiración, ya que comparte y transmite mensajes para todos sus seguidores. 

Leer: Ordenan el arresto domiciliario del Pity Álvarez tras la causa por homicidio

Estudiante de tercer año de la Licenciatura en Nutrición, manipuladora de alimentos y oradora en universidades a través de charlas, la vecina de Ramos Mejia muestra ganas de comerse al mundo. Ella quiere hacerlo todo y nos demuestra que se puede mucho más!.

Parálisis Cerebral 

Como se mencionó, la joven padece de P.C, síndrome que le diagnosticaron a penas a sus seis meses de edad. En esta línea, ella supo que era distinta y así se cuestionó. “Yo siempre fui muy de preguntar y querer saber.  Tengo el recuerdo de un día , estar jugando con, 4, 5 años, y en el medio del juego, la miré a mi mamá a los ojos y le pregunté por qué ella caminaba y yo no”, comenzó a contar nuestra entrevistada.

Y continuó: “Siempre he preguntado cosas acerca de mi diagnóstico y las respuestas fueron cambiando a medida que pasaron los años.  Imagínate que a una nena de 5 años no podes explicarle todo como lo dicen los médicos porque no te entiende”.

Esa niña curiosa e inteligente comenzó a transitar su vida de una manera un poco distinta a los demás. “En vez de ir a jugar a la salida del colegio, me iba  a una terapia, pero aun así fui feliz y siempre estuvieron mis papas enfocados en mi crianza y en mi felicidad”.

Johana comentó que desde chica pasó por diferentes terapias, como la ocupacional, equinoterapia, kinesiología y demás. Hasta en la actualidad, que continúa en tratamiento de kinesio.

En ese sentido, la pequeña que iba creciendo entre terapias y juegos, cursó el jardín y el colegio. “Vivir la niñez y adolescencia con C.P fue “feliz” porque pase por bullying tanto en la primaria como en la secundaria. La pase mal frente a eso pero siempre mis papás se encargaron de que tenga una infancia feliz al margen de que obviamente pasaron estas cosas de bullying que uno no puede evitar”.

La familia es el gran sostén de la  joven estudiante de La Universidad Nacional de La Matanza. Ella sostiene que siempre se mostró muy esperanzadora. “Nunca perdí la perseverancia y la constancia. Sabía que alguna vez iba a pasar, pensaba que todo iba a salir bien y hoy mi vida es totalmente distinta a mi niñez y adolescencia con respectos eso”. 

Nuevos aires

Joha cursa su tercer año en la UNLaM y en conversación con este medio, contó que escogió esa universidad en primer lugar,  por recomendación de su maestra integradora, por otro lado, destacó que es gratuita, inclusiva y accesible. Al respecto, agregó que la googleó y se convenció. 

En esta línea, Mena dijo que siempre se siente muy cómoda en ese espacio de estudio ya que lo identifica como “su mundo”. “Amo la facultad, amo estudiar, me encanta la accesibilidad que hay, mis amigos, los profes, los espacios, el trato, la igualdad de tratar a una persona con discapacidad, respetar las condiciones de accesibilidad. Nos incluyen en un mismo mundo para poder pertenecer”, destacó.  

Un mundo en silla de ruedas

La estudiante confesó que la cuenta surgió para contar su historia y visibilizar que la discapacidad no es solo una discapacidad, sino que va más allá de eso. “La discapacidad no te define, yo soy Johanna, no soy mi parálisis cerebral. Quiero derribar el mito de “ay, pobrecita, ay no va a poder, no va  a llegar”...

Una vida en silla de ruedas surgió para demostrar que se puede, sin embargo, Johanna resaltó que es normal no poder porque “no todos podemos con todo” pero sostuvo que el enfoque está en quedarse con lo que podes hacer y aprender a ver la vida de otra forma.

“El mensaje que quiero dar es que yo no camino pero no voy a dejar de ser feliz porque no camine, siempre tengo un motivo para ser feliz y nunca voy a postergar mi felicidad ya que no pasa por caminar, porque puedo caminar hoy, mañana, en 80 años… no se sabe cuando pero nunca dejaré de ser feliz y de apostar  a las cosas que me gustan”.

Johanna Mena.

En la cuenta mencionada, Mena relata sus logros y comenta su día a día. Ella se volvió una motivación para otros. Entre frases como "el límite es el cielo” o “tarda en llegar pero al final, siempre hay recompensa”, la joven refleja esperanza, positividad y ganas de salir adelante. 

Mirar hacia el futuro

La estudiante resalta la felicidad ante todo, “La vida no de color de rosa pero también eso sirve de aprendizaje. Mis metas son ser feliz, aprender de las cosas que uno cree que son malas, recibirme de lo que amo, trabajar de lo que me apasiona y formar mi familia”.

Leer: “Ya no podemos más”: la organización Mi Fiel Amigo necesita la colaboración de los vecinos de Moreno

Quien desee seguir la vida de Joha, puede hacerlo  a través de su Instagram donde comparte momentos y experiencias. La joven que ya nos llegó al corazón, quiere que transitemos la vida juntos, leyéndola  a través de la pantalla. ¿La vas a acompañar?.

“Seria lindo no quedarnos con la idea de “que hubiera pasado si me animaba a estudiar o si hago el deporte que me gusta?”. Nunca es tarde para lograr lo que sea, las metas no tienen vencimiento. No importa cuando llegues.. llegaste" Estás haciendo y viviendo lo que te gusta, lo importante es sentirse bien y cómodo”, cerró.