Es de La Matanza y lleva el choripán a las playas de Costa Rica con su "Choricleta"

Damo Naimad es un vecino oriundo de San Justo, La Matanza pero ahora vive en Costa Rica. El Bonaerense charló con Damo y le contó sobre su invento la "Choricleta": un emprendimiento gastronómico que comenzó tras su llegada al país centroamericano, donde decidió aventurarse en la venta de choripanes en bicicleta.

"La idea de la choricleta surgió mientras trabajaba en un puesto de surf en la playa. Con el tiempo, vi la posibilidad de montar un puesto de venta de choripanes, y se me ocurrió hacerlo en una bicicleta", relató Damo.

La inspiración para el proyecto vino de un amigo cordobés que había iniciado un emprendimiento similar. "Me contacté con un amigo que tenía una bicicleta con barra parada y me dijo: 'Llévate esto de acá'. Así compré la bici y la llamé 'La Choricleta'", explicó.

La idea de la choricleta surgió mientras trabajaba en un puesto de surf en la playa.

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Damo llegó a Costa Rica por motivos familiares: "La decisión de venir fue por mi novia, su padre vive aquí y nos mudamos en plan familiar". Con la Choricleta, además de vender choripanes, también ofrece café chorreado y hamburguesas, y por las noches tacos mexicanos. "La reacción de la gente siempre es buena, ya conocían el choripán. El mix de sabor de chimi con un toque de mostaza lo hace único"

Incluso, algunos turistas más atrevidos se animan a acompañarlo con un café negro. "Se nos acercan argentinos, claro que sí, flashean con el cartel de choripán argentino", añadió Naimad.

Con la Choricleta, además de vender choripanes, también ofrece café chorreado y hamburguesas, y por las noches tacos mexicanos.

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El día de Damo con su Choricleta comienza bien temprano. "Arrancamos tipo 6 de la mañana, pasamos a buscar el pan caliente y emprendemos el viaje con 'Robocop', mi carro, hacia Tamarindo". Una vez allí, montan el puesto, chequean las olas y, si el mar está bueno, aprovechan para surfear antes de comenzar el servicio de cafés.

A partir de las 11 a.m., los choripanes se ponen a la parrilla hasta las 6 p.m. "Después volvemos a la selva, al pueblo de Santa Rosa, barrio El Flor, donde descansamos en la jungla", concluye Damo.

El día de Damo con su Choricleta comienza bien temprano. "Arrancamos tipo 6 de la mañana, pasamos a buscar el pan caliente y emprendemos el viaje con 'Robocop', mi carro, hacia Tamarindo"

El curioso proyecto mantiene vivo el espíritu argentino en tierras costarricenses y también ha capturado la atención de locales y turistas, quienes disfrutan de un clásico del asado argentino a pocos metros del mar.