27/04/2025
La institución Talita-Kum de Llavallol enfrenta una grave deuda no pagada por parte del Gobierno, poniendo en riesgo los servicios de rehabilitación a personas con discapacidad. El Ejecutivo de Milei le debe una suma que ya supera los 30 millones de pesos.
La deuda con el Gobierno nacional supera los 30 millones de pesos.
El Centro de Rehabilitación depende en su mayoría de pagos de Incluir Salud.
Sin pagos desde diciembre, la institución no puede cubrir sus gastos.
Talita-Kum enfrenta la amenaza de cerrar y dejar a 60 empleados sin trabajo.
La institución denuncia un trato cruel y maltrato institucional por parte del Gobierno.
La institución Talita-Kum, un referente en la rehabilitación de personas con discapacidad en Llavallol, lucha por su supervivencia debido a una grave crisis económica. La deuda que el Gobierno nacional mantiene con el centro, que asciende a casi 30 millones de pesos, ha puesto en peligro la continuidad de sus servicios. Sin una solución a la vista, la institución está al borde de cerrar sus puertas, lo que afectaría a los más de 60 profesionales que allí trabajan y a los cientos de pacientes que dependen de sus tratamientos.
Según Enrique Muntaabsky, responsable de la institución, el Gobierno nacional mantiene una deuda desde diciembre por los servicios prestados en el área de rehabilitación, una de las principales fuentes de ingresos del centro. "El tema es Nación, que no nos paga la facturación correspondiente a la parte del Centro de Rehabilitación", explicó Muntaabsky, quien también advirtió que aún no se inició el trámite para el pago de febrero, lo que agrava aún más la situación. Esta falta de fondos ha puesto en una situación desesperante a la institución, que por primera vez en 30 años de actividad no ha podido cumplir con sus obligaciones.
La deuda se concentra principalmente en el programa Incluir Salud, que cubre al 85% de los pacientes del centro. Este programa, que depende del Gobierno, es clave para que Talita-Kum pueda mantener su funcionamiento. La interrupción de los pagos afecta de manera directa a las personas con discapacidad que reciben atención en la institución.
El centro, que también brinda servicios a personas con discapacidad de otras obras sociales ha tenido que recurrir a sus ahorros para pagar sueldos, una situación insostenible a largo plazo.
La falta de pago no solo afecta a los empleados de la institución, sino también a los propios pacientes y sus familias. Talita-Kum, fundada en 1995, ha sido un pilar en la comunidad de Llavallol y la zona sur del conurbano bonaerense. Su labor va más allá de la rehabilitación médica, ofreciendo también inclusión laboral a través de su taller protegido de panificación, donde jóvenes y adultos con discapacidad mental leve a moderada aprenden un oficio. Pero sin recursos, todo este esfuerzo está en peligro.
Muntaabsky también denunció el trato cruel que reciben las entidades sociales y de salud por parte del Gobierno, asegurando que "para este gobierno la discapacidad es un gasto". La institución busca visibilizar su situación, que va más allá de lo partidario, y apelar a la solidaridad y la intervención de quienes puedan ayudar a solucionar este drama.
El futuro de Talita-Kum es incierto. La institución se encuentra en una lucha desesperada por conseguir el pago de la deuda, sin lo cual podría verse obligada a cerrar. Los casi 60 empleados que trabajan allí, junto con los cientos de personas que reciben tratamiento, dependen de una pronta resolución del conflicto. El centro, que lleva casi 30 años trabajando por la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad, está al borde del colapso si no se encuentra una solución inmediata a la deuda que mantiene el Gobierno.
Es crucial que esta situación no pase desapercibida. Talita-Kum no solo es un centro de rehabilitación; es una institución vital para la comunidad. La falta de apoyo y compromiso de las autoridades podría tener consecuencias devastadoras para todos los que dependen de sus servicios.
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