El Bonaerense habló con María Díaz Pantoja, quien está a cargo del espacio y quien se encarga de mantenerlo abierto. El espacio viene hace años funcionando, y aun en sus peores momentos, continua ayudando.

María Díaz Pantoja, está a cargo de esta asociación civil, la cual asiste a decenas de vecinos de la ciudad. El mismo, funciona  en la calle 88 al 1062, entre las calles 16 y 17, en el barrio Altos de San Lorenzo. Donde de lunes a viernes de 14 a 18, abre sus puertas para alimentar y asististe a más de 500 personas de todas las edades.

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Por otro lado, esta mujer oriunda de Perú, vino a nuestro país hace 13 años con el propósito de formarse y trabajar, sin embargo la vida tenía otros planes. Los cuales la llevaron a levantar este espacio, el cual solo se mantiene gracias al apoyo de la gente. Puesto que, no recibe ningún tipo de asistencia por parte del Estado o el gobierno local. No obstante, logran mantenerse por el bien de la gente, dado que su propósito principal es ayudar.

“Nosotros somos una asociación civil, no vinculada con el gobierno,  donde trabajamos de lunes a sábados y solo descansamos los feriados”, manifestó a este medio María Pantoja. Por otro lado detalló: “A la mañana tenemos comedor, a la tarde apoyo escolar y los fines de semanas organizamos actividades deportivas para los chicos”.

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Un espacio abierto por la necesidad

“Todos por una sonrisa”, abrió sus puertas en 2016,  cuando un grupo de vecinos se organizaron para entregar una copa de leche a los chicos de la zona. No obstante, desde entonces, según detalló María, la situación del país se fue agravando por lo que el espacio debió adaptarse a las nuevas necesidades de la comunidad. “Hoy es imposible, no dejar de escuchar que la gente está sin trabajo, donde quieras que estés, siempre  vas a ver que un amigo o alguien conocido,  se está quedando sin trabajo”, manifestó con tristeza.

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Por otro lado continuó: “Esa persona esta misma crisis, que nos está llevando a esta situación vulnerable. Porque estamos todos vulnerables y más los comedores populares”. Asimismo, María detalló que, durante estos últimos años, incluso con la pandemia, se vieron gravemente afectados, sintiendo el abandono constante por parte del Estado.

“Estamos sufriendo el  abandono del Estado, algo que es triste y a la vez es  alarmante,  porque nosotros no tenemos convenio con ningún partido político, no estamos alianzados políticamente. Entonces al estar así, no tenemos ninguna cooperativa, o acceso a subsidios que nos podrían ayudar a sostenernos”, añadió con pena.

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Entre tanto, este espacio se mantiene recibiendo donaciones por parte de la gente, quienes ayudan con alimentos y artículos para la limpieza del lugar. Algo por lo que María está realmente agradecida, puesto que sin estas colaboraciones, el lugar no estaría funcionando y muchos jóvenes y sus familias no tendrían a quien acudir.

Proyectos con un resultado diferente

Díaz Pantoja, vino a la Argentina en 2009, con el propósito de trabajar y estudiar; luchando por un provenir propio y con objetivos personales bien determinados. Sin embargo, muchos momentos de su vida, hicieron que sus proyectos cambiarán completamente. “Vine con el propósito de hacer algo  diferente, algo por mi vida, yo nunca imaginé terminar haciendo algo como esto”, señaló y agregó: “Hay muchas personas en situación vulnerable como yo, por eso en este lugar nos contenemos y apoyamos, contamos con una fuente de trabajo en común”.

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No obstante,  aun con todas las falencias y necesidades, María se niega a dejar a su gente, por la cual ha luchado tanto. “Nosotros estamos sin cocina, el Estado lo sabe y nos las arreglamos con leña, con las cocinas de nuestros colaboradores, porque sin eso muchos niños y niñas no comerían”, comentó entre lágrimas.

Díaz hace mucho que dejó su país natal, y sin embargo, aunque extrañe a sus allegados  lucha cada día por la familia que formó en Argentina. “Si bien soy de allá (Perú), mis hijos nacieron acá, son argentinos y colaboran con el comedor, limpian, preparan la comida y sirven dentro del espacio, porque es parte de su patria y lo hacen por su gente; porque saben muy bien que la única forma de salir adelante es estando todos juntos”, comentó entre llanto.

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Su labor continúa

Entre tanto, María aseguró que esto le llevó mucho tiempo de retrospección, dado que no entendía porque su vida perfilaba hacia estas labores. Considerando que sus objetivos en Argentina iban perfilados hacia cuestiones personales, como su formación y contar con un trabajo propio; no obstante,  dejó todo eso de lado por el comedor que hoy tiene a su cargo.

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Cabe señalar que María, ha dejado una notable huella en la localidad, siendo  en parte una referente solidaria. “Me siento en parte argentina y en parte peruana, pero es porque estoy haciendo un pedacito de tierra, donde estoy pisando, y para eso tuve que renunciar a todo, a los arreglos políticos,  a plata, a arreglos de todo tipo y solo enfocarme a trabajar voluntariamente”, detalló entre lágrimas.

Por último, María estableció: “Aunque parezca mentira existen personas honestas y trabajadoras, Argentina tiene muchas de ellas y aun con toda dificultad logran salir adelante”. Por otro lado, solicitó a la comunidad su ayuda, con donativos los cuales son bien recibidos dentro del espacio. Tantos alimentos, como ropa, artículos de limpieza, entre otros.  Asimismo, quienes estén interesados, pueden comunicarse con ella a través de la página de Facebook "Todos por una sonrisa".