El grupo, que está integrado por mujeres y disidencias surgió en 2020, tiene la mayoría de sus trabajos en Avellaneda y busca embellecer los paisajes sureños del conurbano. El Bonaerense habló con Lula González, integrante del proyecto.

El arte muralista no sólo permite cambiar la perspectiva sobre un ambiente, sino que a su vez da un espacio para repensar la cultura representada en el ámbito público. Detrás de cada obra hay un mensaje, una mirada y un visión social que revaloriza la expresión artística. En la zona sur del conurbano hay un grupo compuesto íntegramente por mujeres y disidencias que se empoderan realizando majestuosos murales.

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El surgimiento

El 2020 fue un punto de inflexión para muchísimas personas, ya que se atravesó una cantidad importante de acontecimientos conflictivos. Sin dudas, fue un tiempo de fuerte reflexión y cuestionamiento, aunque luego no muchos siguieron esos planteos. En Avellaneda fue contexto ideal para el surgimiento de un movimiento cultural y social muy interesante.

"El proyecto surgió en el 2020 con el objetivo de conformar un grupo muralista transfeminista para poder empoderarnos y repensarnos dentro del ambiente artístico y poder transmitir mensajes que rompan con la hegemonía patriarcal", inició a narrar Lula González, integrante del movimiento. Claro, una vez que surge una idea proyectual, es necesario darle un marco y, sobre todo, definir un nombre que represente al conjunto.

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La Cuadrilla Transfeminista no decidió llamarse La Fosforera por casualidad, sino que el proceso reivindicatorio atraviesa cada espacio del grupo. "El nombre surge a raíz de la investigación que realizamos para llevar a cabo una serie de murales que retraten un momento histórico de Avellaneda. Dentro de esa línea histórica, pusimos énfasis en valorizar el rol de los cuerpos femeninos. Por eso, es que en la búsqueda nos encontramos con las fábricas de fósforos integradas principalmente por mujeres. También se destacan por realizar la primera huelga laboral para defender sus derechos laborales", comentó.

Detrás de lo que vemos

Seguramente alguna vez pudieron ver el mural que está ubicado en el pasillo del ingreso al barrio Piri en Avellaneda. Ese mismo es el primer trabajo realizado por la Cuadrilla Transfeminista. "Representa a las niñeces del barrio y al juego como un derecho", lo cual demuestra que en cada pincelada hay un mensaje de construcción social importante por develar.

Por ello, Lula no dudó un segundo para reconocer cuál es el sentido detrás del movimiento. "El arte y, particularmente, el muralismo históricamente en Latinoamérica tiene una función simbólica poderosa. La obra se encuentra en la cotidianeidad de las personas formando parte de la cultura de la comunidad, del paisaje, representando una realidad, llevando un mensaje. Siempre mantuvimos la misma línea el transfeminismo dentro de lo popular".

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Asimismo, hay un valor simbólico que está asociado al embellecimiento de las paredes y el ambiente barrial. La pintura, los dibujos y el arte dan color a paredes grises o apagadas y, sin dudas, sus trabajos dan una revalorización de los espacios. "Se puede decir que nos une la idea es embellecimiento de los barrios del conurbano y que la gente tenga una cercanía al arte público. Revalorizar espacios para beneficio de los vecinos y focalizar el trabajo del Sur del conurbano", afirmaron desde La Fosforera.

Sus trabajos

Si bien muchos ven un mural pintado que busca ser perenne y acompañar por siempre el paisaje urbano, existe una basta labor detrás. La Cuadrilla Transfeminista analiza el tamaño de la pared, cantidad de información que contenga el boceto y la cantidad de personas dispuestas a realizarlo para comenzar a dar sentido al mural.

Actualmente, Blue Evelain, Melina Lluvia, Lula González, Flora, Carla Petrone y Dani son quienes se encargan de elaborar la mayoría de los murales dispuestos por todo el partido de Avellaneda, ya que se criaron dentro del territorio. "Es difícil vivir del arte dentro de este sistema. Generalmente si necesitamos tener otras alternativas. En la municipalidad de Avellaneda nos convocaron para trabajar por contrato algunos meses y eso colabora a tener continuidad y sostén económico", comentó Lula.

Murales y recepción

Como uno imagina, quienes realizan arte en público sin dudas que querrán conocer la recepción popular sobre los trabajos. Un mural será visto por cada habitante del barrio y, por lo tanto, tendrá que conformar a una mayoría. En ese sentido, La Fosforera viene teniendo una buena repercusión local, lo cual provoca un gran incentivo para lo que vendrá.

"Nos felicitaban y agradecían por el trabajo. Se acercaban a ofrecernos las fachadas de sus casas para realizar los murales o venían con sugerencias y pedidos. Es importante y especial el diálogo que se genera con la comunidad y sobre todo, embellecer con contenido representativo los barrios grises de la ciudad y provincia de Buenos Aires", comentó Lula.

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"Es importante sostener e incentivar la cultura, sobre todo, los proyectos que ideológicamente propongan otras mirada y conciencia", la Fosforera Cuadrilla Transfemisnta.