Construido en zona Sur y con 40 años de trayectoria algunos residentes hablaron con El Bonaerense, y comentaron lo difícil que es despedirse de un emblema quilmeño.

Durante el último tiempo, en el edificio conocido como Ciudad de Aranjuez, ubicado sobre Avenida San Martín al 200,  funcionaba un bailable para los vecinos mayores de 40 años. El cual, tras la pandemia y el fallecimiento de su dueño, debió cerrar sus puertas para posteriormente ponerse a la venta de algún interesado. Muchos residentes, sin saberlo pudieron asistir el  pasado 11 de marzo del 2020, antes de que se desatara la pandemia.

Asimismo, fue la última vez que disfrutarían del lugar, del entorno y de la música que los acompañó por varios años.  Si bien, desde sus redes sociales alentaban a su clientela a no desesperarse por el aislamiento, puesto que constantemente estaba la promesa de que “cuando todo esto termine el espacio volverá a abrir”, pero lamentablemente no fue así.

El espacio estaba destinado, durante la última época en que estuvo abierto, como un boliche para personas de mediana edad. Donde su dueño, a quienes los vecinos conocían como “El Gallego”, se había encargado de que el espacio fuera un lugar ideal donde se podía disfrutar de charlas, tomar algo e incluso bailar en cualquiera de las dos pistas con las que contaban.

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“El dueño era muy amigo mío”, comentó a este medio Alejando Martínez  un vecino y añadió: “La verdad es una pena tremenda, pero la decisión de venderlo surgió de la única hija del propietario y se tendrá que respetar". Por otro lado, detalló: “Varios vecinos se reunieron con ella para comprarlo y mantenerlo abierto al público, pero por lo visto no han llegado a un acuerdo”.

Un espacio con mucha historia

 “Si pasabas un miércoles, un viernes e incluso los fines de semana podías escuchar desde afuera la música y sentías esa adrenalina de entrar al lugar”, comentó Anahí López, una vecina y clienta del Boliche quien añadió: “Te pone mal verlo cerrado, con los carteles de venta, sentís que no lo podes salvar y que no hay nada más que se pueda hacer”.

Por otro lado,  este emblemático lugar de Bernal, no siempre fue un reconocido boliche, sino que como todo edificio pasó por varias facetas. Siendo que, fue diseñado como un espacio cultural, llamado “Aranjuez Club”, al cabo de un tiempo pasó a ser una confitería, un salón de fiesta y hasta incluso un restaurante.

No obstante, tras haber pasado por todas esas reinvenciones, en 1982 su dueño decidió convertirlo en Boliche; sin saber que sería uno de los más visitados de zona Sur. Siendo para muchos el punto de encuentro de amigos, reuniones fuera del trabajo y hasta incluso romances que duraron toda la vida.

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“A mi señora la conocí en Aranjuez, podría decirse que fue amor a primera vista, pero no, nos unió este lugar”, comentó Jorge un vecino de Bernal a este medio. Asimismo, aseguró que tras el fallecimiento del “El Gallego” en febrero del 2020, varios vecinos y clientes frecuentes se reunieron para homenajearlo.

Los vecinos quieren que se recupere el espacio

“Estoy en contra de la venta y del cierre del espacio, no puede ser que se haya llegado a esto, porque ese lugar está desde siempre”, comentó Magali, Dueña de una librería de Bernal quien añadió: “En lo personal, estoy harta de que se cierren espacios para venderlos y convertirlos en torres, porque se pierde la identidad de barrio así”.

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Por otro lado, aseguró que le gustaría que ese espacio sea reutilizado con fines culturales, para la contención de los vecinos. “Es una esquina histórica, ya sea para quienes viven acá como para aquellos que vienen hasta Bernal a trabajar”, comentó y agregó: “La razón por la que esto no tiene importancia es porque en el lugar no ocurrió nada histórico para el distrito, en caso contrario se podría pelear desde ahí”.

Asimismo,  concluyó Magalí: “Seamos conscientes, si venden esa esquina van a hacer una torre, que más allá de los problemas habitacionales que hayan en la zona, tampoco solucionaran nada porque serán sitios para personas de clase media a media alta”.