Esta vecina logró vincular sus dos pasiones, tanto dentro de la psicología como dentro del mundo artístico. Cuya profesión tiene sus bases en el humor y en los sentimientos.

La psicología y el mundo artístico, son polos completamente opuestos, sin embargo son estas las pasiones de Belén Bartel. Esta joven varelense, se inclinó por lo artístico mientras continuaba sus estudios universitarios, siendo para ella una forma de relajación. Puesto que, le permitía construirse o reinventarse a través de un personaje.

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Dentro del mundo del clown (payaso), para esta joven fue una verdadera inmersión, dado que buscaba una formación artística. Aunque, por sus horarios apretados no encontraba ninguna clase que pudiera realizar en sus ratos libres, hasta que  se encontró con esta formación tan particular.

De esta manera, comenzó a sumergirse dentro de este mundo,  donde dio vida a su payasa interior. Una que le permitiera crear y provocar emociones a través de lo absurdo, lo grotesco y que a su vez provoca alegría. Puesto que, según estableció Belén, los clown son una versión propia que sobresalen más que  lo “normal”, y que a su vez nos hacen sentir  y reflexionar sobre el mundo que nos rodea.

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Unir dos pasiones

Tras culminar sus estudios como psicopedagoga esta vecina, comenzó a trabajar en una escuela de Avellaneda, donde actualmente se desempeña; sin dejar de lado, su formación como clown. “Ahora estoy en un Equipo de Orientación Escolar, donde estoy ejerciendo mi profesión como como psicopedagoga, además me sigo dedicando como payasa,  que es mi segundo trabajo, comentó a este medio Belén Bartel.

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Por otro lado aseguró que, a la par trabaja junto a su pareja en el “Circo del moño”, con el cual hacen funciones para eventos particulares. No obstante, a través de este colorido mundo, ha entrelazado su trabajo con su hobby favorito, el cual le permito descubrir una realidad vista desde la óptica de un payaso. "El clown, nos permite tomar una versión nuestra y exagerarla, moldeándola para crear algo nuevo que pueda ser llevado a lo absurdo", detalló.

Entre tanto, Belén aseguró que su vida se divide en dos partes, por un lado lo laboral como psicopedagoga y por el otro, el clown. “Son dos mundos que muchas veces se mezclan y a la par continuo con mi formación a través de cursos educativos, mientras también me dedico a lo artístico”, manifestó con una sonrisa.

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Asimismo, dentro de su formación como payasa, continúa adentrándose a los submundos del clown. Principalmente, trascendiendo en el clown físico, puesto que pretende desarrollar diferentes áreas dentro de la misma técnica. Por lo tanto, continúa entrenando y produciendo nuevos proyectos dentro de lo artístico. Con lo cual, junto a un grupo de compañeros, Belén aseguró que  durante las vacaciones de invierno se adentró a diferentes shows, como “Un mágico sueño de payasos” además de estrenar otra función para infantes llamada “Jaque mate”.

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Ser parte del mundo clown

Por otro lado, manifestó que dentro del clown, siempre se trabaja con las emociones y la sorpresa del espectador. Puesto que dentro de este mundo, el autor (el payaso) se ve condicionado por lo que el publico le transmite, siendo posible jugar y sobrellevar esos sentimientos. Puesto que, al igual que un artista, pueden trasmitir y comunicar a través de sus intervenciones.

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Bartel, inició en el clown, cuando buscaba distenderse de sus cursadas y mientras buscaba algo artístico y teatral; por cuestiones de horario encontró este espacio. “Buscaba hacer teatro, que es algo que siempre me gustó, pero formalmente nunca había estudiado teatro”, comentó y detalló: “Me habían recomendado un profesor y como los horarios que tenía para teatro no coincidían con los míos, me recomendó el de clown y ese el horario que me quedaba perfecto”.

Desconociendo ese mundo, Belén decidió aventurarse y a través de las clases fue sumergiéndose aún más dentro de este basto mundo. “No sabía muy bien qué era lo que hacía un payaso, pero dentro de ese espacio logre comprender que también era un arte escénico similar al teatro, pero con un código diferente”, manifestó y agregó: “Tiene una técnica distinta que transité desde el aprendizaje y la verdad que me encantó, y a partir de ese momento no dejé de estudiarlo nunca”.

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Cabe señalar que, actualmente Bartel está muy comprometida con ambos trabajos, puesto que son sus verdaderas pasiones. Asegurando que en cierto punto ambos se complementan. Lo que le permite disfrutar con total plenitud de cada uno y a su vez crear, y reinventarse desde dos perspectivas completamente opuestas, pero simultáneamente entrelazan. "También estoy muy emocionada por mi próxima obra, es un unipersonal que se estrena en Sarandiarte, el próximo 27 de agosto y cuenta con a dirección de Romina Mónaco, una clown de Avellaneda", concluyó.