Laurinda Pilar Contreras, de 29 años, murió en el Hospital de Morón. La mujer cursaba su quinto mes de embarazo, y concurrió al centro de salud por dolores abdominales.

Todo comenzó el 28 de abril, cuando fue asistida en la guardia obstétrica. Allí le realizaron análisis de orina y sangre, y una ecografía. Vieron que estaba deshidratada, por lo que le colocaron un suero con calmantes para los dolores.

Luego, la enviaron de vuelta a su casa. “Le dijeron que eran gases y cólicos”, señaló un familiar. Sin embargo, casi un mes después (el 22 de mayo), Contreras volvió a concurrir al centro de salud con síntomas similares.

Al examinarla, los médicos constataron que el corazón del bebé no presentaba latidos. Como la víctima continuaba con fuertes dolores abdominales, la operaron de urgencia, y luego de la intervención quirúrgica quedó internada. 

Al día siguiente, le confirmaron a la familia que la mujer había fallecido luego de sufrir varios infartos. Desde el hospital les entregaron a los familiares los certificados de defunción de Contreras y de su bebé. Sin embargo, según el padre de la víctima, en ninguna parte del documento se especifican los motivos de los fallecimientos.

Por este motivo, decidieron recurrir a la Justicia, donde alegaron que hubo mala praxis. Si bien todavía no están los resultados de la autopsia, hay varios indicios que indican que la mujer pudo haber muerto a causa de una peritonitis. 

La causa está caratulada como “averiguación de causales de muerte” e interviene la Fiscalía N° 6 de Morón

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