La vecina de Laferrere encontró una imagen que la hizo recordar su pasado. En base a esto nos relató gran parte de su niñez y adolescencia: abusos, drogas y miedos. Hoy, luego de "volver a nacer", le reconforta saber que "su hija vive una infancia feliz".

Patricia Fileccia, oriunda de Laferrere, contó como fue la vida en su infancia y como logró salir adelante: su padrastro la abusó durante muchos años, conoció las drogas, una relación enfermiza, pero hoy vive feliz con su pareja e hija.

¿Cómo se conforma tu familia? Somos tres hermanas y vivíamos con mi mamá y mi papá. Mi mamá por alguna razón nos abandonó y nos dejó a cargo de mi papá que trabajaba todo el día en el matadero.

Éramos cuidadas por mi padre y sus compañeros de trabajo. Una asistente social, nos quería dar en adopción. Mi papá, para que no nos separen, decidió repartirnos entre sus hermanas. La mayor y yo fuimos con mi tía Gina y padrastro y tío Ramón y la menor con otra tía.

Con el pasar de los años, la mayor se fue con mi papá porque mis padrastros la maltrataban y yo quedé con ellos.

¿Cuáles fueron los primeros indicios de violencia? Mis padrastros no me permitían visitar a mi papá. Recuerdo que lloraba mucho, solo podía verlo una vez al año.

En una de las visitas a la casa de mi papá tuve un accidente con una máquina y, al volver, mi padrastro comenzó a portarse extraño, me acariciaba, pero se notaba raro no como una caricia de padre cuando te contiene. Ya comenzaba a mirarme distinto.

Una tarde me metí en la pileta y él se metió conmigo, yo jugaba como toda niña y sacó su pen* afuera y empezó a tocarse y me quiso agarrar pero yo salí del agua. Siempre hacía lo imposible para quedarse solo conmigo.

Mi madrastra me decía que era una mierd*, que no servía para nada y que si alguna vez sería mamá iba a abandonar a mis hijos, como lo hizo mi mamá conmigo.

¿Cómo era la relación con las otras personas de la casa? Mi madrastra me maltrataba, me acuerdo que debía pedir permiso para comer y para todo, eso sí nunca faltaba a ninguna misa.

Ella algo sospechaba, pero nunca me preguntó nada. Mi hermanastra si me preguntó y le dije que no por miedo, le tenía terror y todos se callaron.

¿Qué recordás del día a día en la casa? Yo no podía meterme en el baño, ducharme tranquila, porque se metía adentro y abusaba de mí mientras me amenazaba y me decía que si abría la boca iba a destrozar una familia y nadie iba a creer en mí, porque era una niña.

¿Nadie sabía lo que estaba pasando? Yo no hablaba con nadie, iba creciendo entre abuso y abuso, estaba como en un abismo.

En un momento empecé a escribir en un cuaderno, todo lo que me hacía, era como un diario íntimo, tenía llave y candado.

¿Fue creciendo la intensidad de los abusos? Fueron cada vez eran más frecuentes y yo ya intentaba defenderme, optaba por gritar, o golpear la pared del vecino.

Ya había penetración y terminaba adentro sin siquiera importarle que me podía dejar embarazada.

Fuera del domicilio, ¿cómo era tu vida? El tipo se metía en mi habitación de la nada y me violaba, entonces yo decidí empezar a estar en la calle.

A la vuelta de casa tenía un kiosco, con la plata de mis primeros laburos compraba cerveza, llegaba a tomarme un cajón, para quedar inconsciente.

La cerveza ya no daba efecto y me tiré a las bebidas blancas, mucha ginebra, vodka, tequila y cigarrillo.

Entre borracheras pegaba el dolor y quería morírme: el primer intento fue cortarme las venas y el segundo, fue con cóctel de pastillas.

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Dormía en el puente o en la villa, me sentía protegida ahí, capaz pasaba días sin comer. Es raro el contexto, pero no me abusaba mi padrastro y dentro de lo muerta que me sentía me aliviaba no pasar un día por eso.

Me perdí el respeto a mi misma, comencé a acostarme con pibes y así conseguía las drogas.

¿Quién fue la primera persona que te ayudó? Tenía un vecino que siempre me quería rescatar, terminó siendo mi amigo y luego mi pareja. Me sacó de casa, para que mi padrastro no me tocará más, el tema es que resultó ser tóxico. Me hizo abortar cuatro veces, no hubo golpes pero si dolor psicológico.

Mi ex pareja tóxica fue quien se cruzó a contarle a mi madrastra que yo fui abusada desde los 8 años y optó por creerle a su marido que dijo que yo lo provocaba y me gustaba.

Un día me viene a visitar mi hermana menor, y no sé porqué deje mi diario a mano, lo empezó a leer, y se enteró de todo. Por miedo le pedí que no denuncie.

¿En qué momento lograste salir de esta pesadilla? La última vez que me abusó y no aguanté más fue cuando me metí al baño a ducharme, y él se metió desnudo. Empecé a gritar fuerte, desesperada y salí a la calle con toalla y me fui.

Más allá de lo mencionado, ¿Qué otros problemas te trajo? Luchaba conmigo misma para salir adelante, llegué a pesar 100 kilos, tuve problemas alimenticios y vomitaba para perder peso. Me sentía sucia y culpable por todo.

¿Cómo saliste de todo esto? Tuve una terapia que me ayudó bastante, pero más me ayudó mi familia. De a poco comencé a valorarme, empecé a cuidarme y a creer en mí.

Años me llevó pensar como pienso. Hoy me amo, me mimo y me cuido. A los 27 años volví a nacer, libre de adicciones, y comencé a quererme con fervor.

Tu vida actual, ¿cómo es? Conocí a Diego mi actual pareja, quien me respeta y me cuida mucho.

A los 29 tuvimos a Sele, las vueltas de la vida por temas de tantos años de adicciones mi cuerpo quedó debilitado y tuve que sufrir 4 abortos, la misma cantidad que mi primera pareja toxica, me hizo hacer.

A los tres años nos enteramos que Sele tiene Trastornos Generalizados de Desarrollo (TGD), y de ahí no dejamos de pelear ni un instante. Hoy mi hija vive su infancia feliz.

¿Por qué decidiste contarlo? Encontré esa foto (la portada), vi mi sufrimiento, y se me cruzaron la cantidad de pibes y pibas que están pasando por eso, esa misma situación, y nadie los ve, nadie los escucha, nadie vé sus señales.

No pensé que tendría repercusión y, además muchos se comunicaron conmigo contándome su historia.

Pensé que podría ser de ayuda para poder aliviar su dolor o para animarse a contar su historia.

¿Supiste algo más tu padrastro? Con el tiempo me enteré que murió de una grave enfermedad y sufrió mucho. Tuve que perdonarlo para seguir adelante con mi vida. Así fue, el odio no me dejaba avanzar.

Quedé como loca, drogada, borracha, mentirosa y él como el gran hombre que le arruinaron su vida.

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