El hecho ocurrió el 15 de septiembre de 2020 en Isidro Casanova, La Matanza. El asesino había sido declarado "inimputable".

Las hermanas Karina y María Dolores Juncos tenían pensado reunirse a comer empanadas a las 12 del mediodía del 15 de septiembre de 2020. No pudo ser: a las 9 de la mañana, María Dolores, de 35 años, moría a raíz de las heridas que le provocaron las 11 puñaladas que le asestó Ramón Acuña, de 78, su pareja desde enero de ese año.

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Se habían conocido en casa de un amigo común y comenzaron una relación que rápidamente se volvió tóxica, llena de amenazas, de golpes, de sospechas y de acusaciones de infidelidad de Ramón hacia Dolores.

No convivían. Ella compartía con sus tres hijas una casa en Isidro Casanova, partido de La Matanza, aunque pasaba mucho tiempo con Acuña.

Karina y Virginia, hermanas de la mujer asesinada recuerdan que “él la trataba mal; mamá una vez lo echó de casa porque no soportó cómo le hablaba a Dolores".

Las hijas de la víctima coinciden en que “era violento, cuando iban en el auto y mamá le decía algo que no le gustaba, le hacía gestos con la mano como para abofetearla".

Durante la instrucción de la causa se conocieron mensajes de WhatsApp en los que Acuña acusaba a su pareja de “sacarlo de quicio", le reprochaba que no le hiciera saber dónde estaba, que no le respondiera inmediatamente, a la vez que negaba estar persiguiéndola, sino cuidándola, porque “te amo y quiero protegerte".

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La situación llegó a un punto tal que Dolores decidió dejarlo. Fue hasta su casa de Isidro Casanova, discutieron y él le aplicó 11 puñaladas que le ocasionaron la muerte en el lugar. Acuña trató de suicidarse pero fue encontrado con vida y trasladado al hospital Paroissien, donde se recuperó.

La causa judicial

Una vez que se repuso de las heridas que se autoinfligió, el asesino fue trasladado al penal de Melchor Romero, cerca de La Plata, en el que permaneció hasta febrero de 2022, cuando fue liberado por el Tribunal Criminal 1 de La Matanza, que lo consideró “inimputable".

Los jueces se basaron sobre una pericia del Gabinete Psiquiátrico Forense que aseguraba que Acuña “no presentaba riesgo cierto e inminente", aunque le sugerían realizar terapia para fortalecer su salud mental.

Sin embargo, tres meses más tarde la Sala Primera de la Cámara de Apelación y Garantías de La Matanza hizo lugar a un planteo del fiscal Alfredo Luppino, revocó el sobreseimiento y dejó sin efecto la excarcelación.

La decisión fue confirmada por la Cámara de Casación bonaerense, que remitió el expediente al Tribunal Criminal 2, donde este 7 y 8 de febrero, a partir de las 9, se juzgará a Ramón Hermes Acuña por “homicidio agravado por el vínculo, en el marco de violencia de género”.

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Para furia de los parientes de la víctima, el imputado goza actualmente de prisión domiciliaria en virtud de su edad.

El abogado de la familia de Dolores, Fernando Herrera, señaló que “todo depende del enfoque psiquiátrico: o es inimputable y entonces lo absuelven y lo envían a una institución acorde, o bien es dueño de sus actos y, en ese caso, sólo cabe la pena de prisión perpetua".