16/05/2023
Pablo Romero es de Caseros, tiene 49 años, es padre de familia y sobre todo es un gran resiliente de la vida. A principios de mayo, su situación económica lo obligó a reinventarse y comenzó a vender empanadas en la vía pública.
Hasta hace unos meses hacía trabajos de mensajería con su moto, sin embargo, la disminución de los viajes y la falta de trabajo hizo que el dinero vaya mermando y las deudas aumentando. El gusto por la cocina y la necesidad extrema lo impulsaron a iniciar su emprendimiento.
Vendí la moto, pagué las deudas y me quedé sin plata. En ese momento de desesperación se me prendió la lamparita, no sé si fue con la idea de hacer un emprendimiento, sino con la de sobrevivir, dijo Pablo a El Bonaerense.
Su primer día de trabajo como vendedor de empanadas marcaría un antes y un después en su vida personal y profesional. Con una mesa prestada, y unas cuantas docenas para vender, Pablo salió de la zona oeste del Gran Buenos Aires hacia el Parque Centenario.
Tras unas horas de venta por la mañana, fue abordado violentamente por agentes de la Policía de la Ciudad y de la Agencia Gubernamental de Control, quienes le decomisaron la mercadería y le labraron un acta por venta ilegal en la vía pública.
Sentí un atropello total por parte de la policía, fue todo muy violento y sentí mucha impotencia, me patearon la heladera, se llevaron la mercadería y querían llevarse el carrito y una mesita prestada, recordó.
Afortunadamente, las personas que permanecían en el parque vieron la situación y rápidamente se solidarizaron con Pablo. Si no hubiera sido por esa gente que comenzó a gritar contra el operativo, me pasaban por arriba.
Éste insólito acontecimiento marcaría el inicio inimaginado de La Cocina de Los Duendes, el emprendimiento que cosecha cerca de 20 mil seguidores en las redes sociales y que lleva vendidas más de cien docenas. La difusión del video en el que se lo ve a Pablo luchando por sus pertenencias, fue clave para su crecimiento.
Tras el difícil momento por el que le tocó atravesar en el barrio de Caballito, él trata de enfocar su energía en todo lo positivo que llegó a raíz de la viralización del video: Tengo que aprovecharlo porque mucha gente no tiene la suerte que yo tuve.
Muchos usuarios de las redes se pusieron a disposición de Pablo, le acercaron donaciones y le encargaron empanadas. Hasta el momento no sale del asombro y está muy agradecido por la ayuda que le brindan día a día.
Tal fue la masividad de pedidos que recibió, que tuvo que pedirle ayuda a amigos y familiares para poder cumplir con la mayor cantidad de pedidos posibles. También se vio obligado a realizar algunas modificaciones en la cocina de la casa.
Gracias a Dios tengo muchos pedidos por delante, estamos cumpliendo muy de a poco porque la capacidad y la estructura no da para sacar cantidades grandes, dijo y agregó: Tengo buena visión para lo que se viene, se que esto va a crecer, estoy seguro.
Por último, explicó que todo lo que llegó luego de la viralización, si bien fue y es de gran ayuda para su economía personal y familiar, también fue muy estresante. Quería hacer y cumplir con todo, pero el cuerpo, la cabeza y el cerebro es uno. Estoy con pocas horas de sueño y no quiero dejar la salud en esto porque la idea es hacer algo bueno
Vamos tranquilos, vamos bien, será el camino que tenga que ser y si no será, no será, pero estoy enfocado en eso, cerró.
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