El artista que recrea escenas del Conurbano a escala

El Conurbano no es únicamente un conglomerado de municipios, barrios y una enormidad de gente que rodea la Capital Federal. En cada calle, en cada lugar y en cada centímetro de su extensión hay historias que subyacen y buscan salir a la luz para ser contadas.

En los cordones urbanos de la provincia de Buenos Aires hay vidas de película, anécdotas hilarantes, o situaciones que trascienden la avenida General Paz y cualquier límite geográfico.

Adrián "Nash" Nayar (30) es un vecino de la localidad de Castelar, en el partido de Morón, que se encarga de contar esas situaciones de una manera bastante particular: las replica en un diorama a escala, con detalles que pintan a la perfección a cada una de ellas.

"La idea surgió en septiembre de 2019. Yo soy coleccionista, estoy en un grupo, y se hacía un concurso con la temática de barrios de Buenos Aires. '¿Por qué no hacer algo del Conurbano?', se me ocurrió, charlando con mi novia y mi vieja", relata el joven, en diálogo con El Bonaerense.

"A partir de ahí empecé a dibujar, bocetar, tirar ideas y ahí quedó. Empezó con algo de 40 centímetros y hoy mide cuatro metros y medio", agrega.

Negocios, autos, patrulleros de la Policía Bonaerense y personajes que uno se puede cruzar cualquier día por la calle brillan en su maqueta, en formato miniatura y con una escala de 43:1. Es decir, un centímetro de la vida real es equivalente a 43 en el diorama.

"Las imágenes se me ocurren recorriendo el Conurbano. Yo busco representar más que nada lo cotidiano, lo común, lo ordinario. Porque hay belleza en estas cosas", asegura el artista.

"Algo normal reducido en miniatura que como que causa un efecto extraño en la persona que le presta mucha más atención de esa forma que en su versión grande. Es un efecto medio extraño", explica.

Ver afiches de campaña electoral en una pared, cadenas de supermercados típicas del Gran Buenos Aires, agencias de lotería y personajes de la cultura bonaerense causaron un boom en las redes sociales, donde acumula 22.000 seguidores.

Nayar compara ese efecto que genera su Conurbano en miniatura con lo que le pasó a él una vez que vio en vivo y en directo al locutor y actor de doblaje mexicano, Humberto Vélez: "Lo escuché y dije 'fua, le sale igual'. Y claro, si es el mismo tipo", reconoce, entre risas.

Su faceta artística viene desde chico, cuando desarrolló su talento para dibujar y hacer cosas con plastilina. De más grande, su atención fue hacia los dioramas.

"Tenía varios autos en escala que necesitaban un fondo y el fondo de pasto, de pared, quedaba medio feo. Entonces empecé a experimentar, a probar, a pedir opiniones. Y bueno, la práctica hace al maestro", explica.

"Y no digo que soy un maestro, porque claramente me falta mucho para ser como otros grandes, pero fui aprendiendo y mejorando, teniendo mis propias técnicas con el paso del tiempo y probando cosas. Así se aprende mayormente en este mundillo", analiza.

El proceso empieza observando un edificio, una situación o un momento que hace click en la cabeza del vecino de Castelar. Acto seguido, lo boceta, lo escala y, posteriormente, lo hace en miniatura.

Para completar esa hoja de ruta, Nayar utiliza todo tipo de materiales: desde elementos reciclados como una vieja jaula de loros en desuso y transistores de televisores rotos hasta trozos de telgopor o corcho.

"Mi Conurbano lo hice con lo que tenía a mano. Siempre está esta idea de rebuscársela con lo que tenga. Si hay un tejido, se usa ese tejido, siempre y cuando me sirva para expresar lo que quiero representar", explica.

El tiempo de trabajo varía según la complejidad de la escena que esté desarrollando, con un tiempo mínimo de dos meses para darle forma a una pequeña porción de su universo bonaerense de miniatura.

"Depende de muchos factores como el tiempo, el modo o lo que se esté haciendo. Si estoy más libre, puedo hacerlo un poco más rápido, porque uno ya va tomándole la mano y ganando cancha", sostiene.

Otro factor a tener en cuenta en la producción de este tipo de maquetas son los costos de los materiales necesarios para producirlas, ya que su proyecto está pintado con acrílicos, tienen óxido real, cables y cartón corrugado, entre otros materiales.

"Eso, aunque parezca económico, tiene su costo también y es lo que me está complicando porque cada vez sube todo más. Tengo un montón de situaciones para representar, pero tengo que frenar un poco porque no me da el bolsillo", reconoce.

"Todo esto lo banco yo con un poco de ayuda de mi familia y de mi novia, que me dan una mano como para poder cubrir la mano de obra. A veces se complica hacer esto solo, porque son miles de detalles, pero bueno, siempre el apoyo de mi familia está ahí y eso es lo que me pone muy contento", agrega.

Sin embargo, la pasión por una actividad ligada a su interés en el coleccionismo hoy es una fuente de trabajo, ya que en su perfil de Instagram (@nash_customs92) le suelen encargar vehículos en miniatura, que exhibe con fotos y videos.

El menú abarca desde un auto hasta camiones, tanques de guerra y helicópteros. También está desarrollando modelos a escala de personajes como Vegeta de Dragon Ball Z, Ragnar de Vikingos y robots, entre otros, que significan un desafío para su carrera artística.

"Hoy vivo de esto, trato de sobrevivir. Cada vez es más difícil, porque está todo caro, muchos de los materiales que utilizo son importados y con la suba del dólar aumentan. Pero bueno, por el momento estoy remándola contra el cemento", asegura Nayar.

"Me considero un artista, pero no me siento 100% artista. Quizás soy un poco artista, pero antes de que se viralizara la Hilux Justiciera -una de las escenas que se retratan en su Conurbano en miniatura- en diciembre, sentía que era una persona con un poco más de talento para hacer estas cosas", sostiene.

"No soy como Marta Minujín, pero el arte tiene muchas formas y variantes y hoy me considero 70% artista. Capaz es una cuestión de autoconvencimiento", concluye, antes de seguir dándole rienda suelta a las historias bonaerenses en formato 43:1.