Alarmante: en los últimos 7 años, un salario puede comprar 57 kilos menos de asado

La carne forma parte de la idiosincrasia de la Argentina. El asado a la parrilla no solo es uno de los platos típicos de estas latitudes, sino también un ritual para encontrarse con amigos, familia o quien sea a compartir un momento en torno al fuego del carbón, la leña o el elemento que se decida utilizar.

No obstante, la realidad económica golpea en los bolsillos de las familias y complica cada vez más la posibilidad de alimentarse con este tipo de alimento, en uno de los países líderes en producción vacuna.

Sin ir más lejos, un reciente informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) revela que en la actualidad el salario perdió un poder de compra de 57 kilos de asado en relación a lo que se podía adquirir hace siete años.

El relevamiento, a cabo del Instituto de Economía (INECO) de la casa de estudios privada, marca la brecha en el precio promedio de todos los cortes, que en enero de 2017 oscilaba en torno a los $114 y para septiembre pasado era de $3.108.

"En los últimos 6 años y 9 meses, existe una correlación positiva entre la caída del consumo de carne vacuna y la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de los argentinos y los aumentos de los precios", resaltaron.

Durante ese período, el valor promedio de un kilo de carne aumento un 2.726%. Además, tan solo en lo que va del año 2023, el precio promedio de la carne esta cercano a triplicarse, pasando de valer $1.241 en enero a $3.108 en el último mes.

Otro dato relevante del informe elaborado por la UADE es que en un lapso de 30 años la merma de consumo de carne vacuna per cápita fue de 23 kilos. Más precisamente, en 1993 se comían 74,1 kilos, mientras que el registro actual marca ese nivel en 51 kilos.

Esto significa que el consumo de carne de vaca cayó un 31% en este período. Algo que puede ser entendido tanto por los precios como por las nuevas tendencias de alimentación y el auge de métodos como el vegetarianismo y el veganismo.

"A nivel mundial, Argentina es el país con el mayor consumo de carne vacuna con 51 kilos por persona al año. Sin embargo, en los últimos años este consumo comenzó a revertirse", detallaron.

Esta situación permitió que la población se vuelque hacia otros productos, como el pollo y el cerdo, que ganaron espacio en las heladeras de los argentinos.

En enero de 2017 se consumían 43,5 kilos de pollo y 12,8 kilos de cerdo. En septiembre de 2023, se consumieron 45,9 kilos de pollo y 16,7 kilos de cerdo. Es decir que, durante ese periodo de tiempo, el consumo de pollo creció 5,5% y el de cerdo un 30,5%.

"La caída del consumo de carne vacuna ha dado espacio evidenciado que hay un efecto sustitución hacia estos tipos de carnes", explicaron desde INECO.

"El precio de la carne de pollo y de cerdo ha aumentado significativamente, al igual que la carne vacuna, pero su valor continúa siendo menor (incluso un kilo de pollo cuesta la mitad que un kilo de carne). Esta es una de las razones por las que muchos consumidores optan en el último tiempo por sustituir el consumo de carne vacuna por la de pollo o cerdo", analizaron en el relevamiento.

En septiembre de 2023 el consumo total de carnes (vacuna, pollo y cerdo) fue de 113,6 kilos, de los cuales la carne vacuna representó el 44,9%, el pollo un 40,4% y el cerdo un 14,7%.