Memoria privilegiada, derribador de mitos y pasional como pocos. “Yo no vivo del pasado, no quiero que el pasado muera”, le dice a El Bonaerense.

Lejos de las redes sociales, las tiene de compromiso. Cerca de la historia, de los libros y de la calle, la cual camina todos los días para saber más acerca de su querido San Fernando. Aunque “saber más” puede ser una frase errada si se habla de Roberto César Carleo, el historiador que parece saber todo acerca de este distrito.

Nacido el 27 de marzo de 1956, al 2022 sigue siendo igual, un caminante “hiperactivo” que pasa gran parte de sus días averiguando y hablando con personas. Así llegó de la calle donde recababa datos para terminar su 25º libro y atendió a El Bonaerense. “Es San Fernando es mi misión y mi cárcel”, sostuvo, y comenzó con la charla.

“Siempre trabajando. Estoy con mi libro número 25, el último sobre instituciones sanfernandinas. "San Fernando visto desde el siglo XIX", se titula. Tendrá fotos que no conocemos, de archivos”, contó con entusiasmo y ansiedad, como cuando escribía su primer ensayo hace alrededor de 20 años.

En sus otros 24 títulos, Carleo habló de diferentes cosas, como la historia de los Bomberos Voluntarios, algunas escuelas, las instituciones, y demás. Sin embargo, si hay algo que lo apasiona más que nada son las construcciones históricas.

“Las edificaciones cambiaron mucho. San Fernando tenía 180 residencias de categoría y hoy sólo se nombra a Sans Souci. San Fernando era la zona preferida para veranear por la gente de Capital, sobre todo en la época de la fiebre amarilla”, comenzó contando sobre la clase de su ciudad y mencionando los distintos estilos de las casas.

Roberto sabe tanto sobre el tema también por haber sido el Asesor Histórico de Patrimonio del municipio mientras estuvo el intendente Luis Andreotti, padre del actual jefe comunal, con quien se lleva bien pero que asegura que está mal rodeado.

“Hice informes de qué se podía cambiar y qué no en determinados edificios, entre otras cosas”, contó. No obstante, aseguró que muchos arquitectos del distrito de la actualidad no le dieron importancia a lo que él investigó y comenzaron a derribar construcciones que a él tanto lo apasionaban. “Me preguntaron y yo dije que iría gratis a asesorar porque ahora no hay gente capacitada”, sostuvo.

Por otro lado, Carleo supo enseñar algunos de sus conocimientos en distintas escuelas del distrito. Hoy ya es vicedirector jubilado pero sigue aportando su trabajo siendo Presidente del Ateneo Echeverría y, claro, escribiendo e investigando.

Carleo, personalidad destacada de San Fernando y en proceso de serlo en la cultura bonaerense (falta aprobación del Senado), se autodenomina como una persona “voladora”. Por cosas como ésta y por su insistencia por saber todo, le han llegado a decir: “Bueno Carleo, déjeme de joder” por lo insistente.

Su tesoro terrenal es su memoria, mientras que su tesoro eterno serán sus libros, que dejó ordenados en una habitación especial de su casa. “Yo no vivo en el pasado, aunque a veces me digan eso, yo no quiero que el pasado muera”, finalizó, fiel a sus convicciones.

La familia

Carleo es padre de tres hijos y esposo de Susana (a quien le usa su WhatsApp ya que él prefiere evitar el celular). Sin embargo, ninguno de ellos heredó ese increíble don de la memoria y la pasión por la historia, que viene desde sus antepasados.

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“Soy anticuario y mi bisabuelo era coleccionista. Tengo hasta pertenencias de Juan Manuel de Rosas”, llegó a contar.

“Mi papá se llamaba Juan Carleo, de Salerno, Italia, y participó de la Segunda Guerra Mundial. Pese a eso tenía un bocho increíble. Podía hablar de lo que sea con datos precisos. Se sabía de memoria la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, nunca quiso hablar de la SGM, donde participó”.

Lo gratificante de su profesión

“Te rodeás de gente que nunca esperás que vengan a vos. Y han venido nietas de personalidades destacadas en el distrito, en la provincia y el país. Hasta me pedían que les cuente las historias de sus abuelos. Esas cosas son de las más gratas que me han tocado vivir”, relató.

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Mitos que logró derribar

“He logrado desbaratar muchos mitos, entre cinco y seis claves”, dijo.

LAS DOS VILLEGAS: “Se decía que doña Petrona Villegas de Cordero (del hospital de SF) era hermana de doña Magdalena Villegas de Martínez. Pero ni siquiera fueron contemporáneas. Yo comencé a averiguar y la familia Villegas de La Matanza me contó que no tenían nada que ver y hasta me mandaron papeles de sucesiones”, contó.

Y profundizó: “Con mi investigación se rompió con ese mito. Ahora que la familia Villegas supo esto, la bóveda que guardaba los restos de Magdalena en Recoleta fue vendida a la familia del famoso Martín Karadagián”.

QUINTA EL OMBÚ: Se decía que la Quinta El Ombú se decía que había sido la quinta de Juan Nepomuceno Madero, nuestro patriarca que quiso que SF sea capital de la provincia.

“Con mi investigación logré saber que en 1806 Don Carlos José Belgrano, hermano de Manuel, le cedió la quinta a Juan de la Rosa, por cómo había actuado en las inundaciones. Y así fue heredada por Leonarda Zárate y vendida a Balbín Zamudio para hacer el palacete en 1899”, reveló.

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Mitos y leyendas

“Hice un libro sobre mitos, leyendas y cosas similares de "creer o no creer". Se vendió muchísimo, tuvo varias tiradas pese a que me dijeron que una mujer me dijo que no iba a tener éxito. Pero a la gente le encantó”, sostuvo.

“Me pasó que tuvimos cementerios que fueron muchas veces trasladados y cuerpos tirados en el lugar. Me traje de recuerdo una cadera”, finalizó entre risas.