El joven de 24 años que viaja en el colectivo que va de Villa Martelli a Facultad de Derecho y que tiene ese increíble don, habló con El Bonaerense. ¿Su sueño? Manejar el coche 20.

En ese paisaje diario de hacer la misma rutina por años o décadas, muchas veces te lleva a tener diversiones extrañas, insólitas, impresionantes. Alan Fajer, con su increíble fanatismo por los colectivos, es un claro ejemplo de eso. Con 24 años, el joven puede reconocer cualquier interno de la línea 110 con sólo una foto o hasta con un golpe de vista desde 50 metros.

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El joven habló con El Bonaerense y le contó todos los detalles de ese increíble don que lo une a la línea que va desde Villa Martelli (Vicente López) hasta Facultad de Derecho.

Este “don” (así como lo llama él) surgió desde su fanatismo por los colectivos, donde viaja a diario desde que tiene uso de razón. Y, si bien hoy día maneja su auto, nunca dejará de subirse a este medio de transporte público. “Siempre que pueda estar en el detalle de algún colectivo, voy a estarlo”, expresó.

Particularmente, Alan comenzó a viajar en la Línea 110 para visitar a su bisabuela, para ir a la primaria y se terminó transformando en su lugar en el mundo. “Me sentaba en la ventana de mi abuela, veía los colectivos pasar y aprendía cuál era cuál”, reveló. Sí, poco común para un niño pero sumamente entretenido para él.

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¿Hasta dónde llega ese “súper poder”? “Me mandan foto de adentro o de afuera de estos y yo de ambas formas puedo saber qué interno es”, comenzó explicando. Y aseguró que puede reconocerlos desde 50 metros (o más) de distancia. Y calcula que, dependiendo de la línea, tiene el 80% de efectividad, aunque sus amigos aseguran que conoce al 100% los 68 coches de la línea 110.

Asimismo, reveló los secretos de cómo adivina los internos, aunque probablemente ninguno de esos ayudaría a un usuario común de colectivos. “En el caso de que me manden foto de lejos, me fijo en la carrocería, el metal, el paragolpes. Si es de adentro, miro cómo están tuneados”, contó. Y agregó: “Yo sé que el coche 8 tiene un espejito, el 15 una cortina azul, otro un detalle en la pintura”.

Si bien pareciera un factor que posee una persona con una memoria privilegiada, Alan asegura que no es tan simple como eso. “Considero que tengo mucha memoria pero en los colectivos es algo particular. La verdad es que es mi don”, opinó.

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Fajer sabe que no toda la gente entiende de su fanatismo por los colectivos y que muchos lo padecen para ir a trabajar, estudiar, etc. Sin embargo, está muy lejos de compartir ese pensamiento. “Para mí es mucho más que subir a un colectivo, es toda una experiencia, yo lo disfruto. Por eso me interioricé. Primero me aprendí los colores de una gran cantidad de líneas. Y después pasé a aprender los coches”, aseguró.

Alan, que se autodescribe como una persona con muy buen humor, no le encuentra puntos negativos al viaje en bondi y hasta describe con éxtasis las situaciones que más disfruta. “Lo que más me gusta es cuando me toca un colectivo totalmente tuneado, con tapizado, espejos tallados, luces violetas, parlantes. Me siento adelante, mirando el recorrido y, cuando ponen reggaetón, a mí me encanta, estoy en un cumpleaños”, reveló.

Alan es tan feliz viajando en colectivo que llegó a tal punto de realizar todo el recorrido de la línea, de punta a punta. “El recorrido me lo sé de memoria, si mañana tengo que entrar a trabajar a la línea, no me tienen que enseñar el recorrido, yo ya me lo sé“, contó, entre risas.

Pese a su pasión, el rubro inmobiliario lo enganchó mucho y por eso hoy no trabaja como chofer. Sin embargo, no pierde la esperanza de, algún día, manejar un colectivo en particular de la Línea 110.

“Si pudiera pedir manejar un coche, sería el interno 20 de la línea 110, me vuelve loco. Si pudiese manejarlo al menos una cuadra, sería el día más feliz de mi vida”, reveló a modo de pedido en el cierre de su mano a mano con El Bonaerense.