El hermano de unas de las víctimas del clan Puccio aseguró ver similitudes entre el rugbier y el integrante de la banda de secuestradores

Mañana se cumplen tres años del crimen que sacudió a todo el país. Se cumplen tres años del asesinato de Fernando Báez Sosa, quien perdió la vida en mano de 8 rugbiers que lo golpearon sin motivo y sin piedad a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.

Por el crimen, el más complicado en Máximo Thomsen, quien se enfrenta junto al resto de los imputados a un juicio que terminaría el 31 de enero. Él fue el responsable de darle la última patada, es el dueño de la zapatilla con sangre que encontraron en la casa que alquilaban en Gesell.

Thomsen fue parte del Club Atlético de San Isidro (CASI) pero, si embargo, no fue el primero en la historia del club en participar de un homicidio. Estamos hablando de Alejandro Puccio, integrante de la banda que lideró su padre, quien secuestró y asesinó a tres empresarios en los años 80.

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"Alejandro era psicópata y perverso”, afirmó Guillermo Manoukian, hermano de Ricardo, la primera víctima del clan que hizo del secuestro extorsivo su medio de vida. Aseguró que estas caracteristicas son las que vio en las caras de los rugbiers acusados de matar a Fernando.

Pero esas no fueron las únicas similitudes que Manoukian identificó en Thomsen y sus amigos, dijo que, tanto la familia que encerró y mató a sus amigos como el grupo de rugbiers que mató a patadas a Fernando, "disfrutaban haciendo lo que hacen". "La camaradería de los imputados no es un signo de cobardía sino de cofradía, la cofradía los transforma", sentenció.

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Es pertinente recordar el caso de los Puccio, en el cual Alejandro, o Alex como lo llamaban en su entorno más cercano, fue el "entregador" en la mayoría de los secuestros del clan familiar. Quienes, después de efectuar varios crímenes, fueron puestos a disposición de la justicia.

Alejandro intentó quitarse la vida para no cumplir la condena a prisión perpetua que lo esperaba pero sobrevivió a loa caída desde el quinto piso de un edificio. Salió en libertad en el 2007 pero falleció de neumonía a mediados del año siguiente.

Manoukian afirma seguir de cerca lo que está ocurriendo en Dolores con el juicio a los rugbiers ya que, para él, el accionar de los imputados se parece mucho al que tuvieron los Puccio hace ya casi cuatro décadas.

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“Toda la familia participó de los crímenes, solo que a algunos no se les pudo probar”, indicó Manoukian, haciendo referencia a que solo tres de los siete integrantes del clan fueron considerados culpables.

Es por eso que el hermano de la víctima afirma que “la presión social influye en la decisión de los jueces”. Además, espera que le den perpetua a los ocho. “No se les nota ni el más mínimo sentido de la equivocación, parece que no tuvieran sentimientos”, concluyó Manoukian.