Tras los intensos reclamos vecinales sin respuesta, uno de los habitantes de la zona habló con El Bonaerense y contó toda la historia de esa zanja.

Hay distintas problemáticas que, por el tiempo que llevan, provocan la resignación de los vecinos. Y eso es lo que ocurría en San Isidro con la zanja que costea las vías del tren y que provoca un olor nauseabundo. Sin embargo, según los habitantes del lugar, es el peor momento del zanjón en años y exigen respuestas.

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En ese sentido Enzo Grassi, una de las personas que encabeza el reclamo semana tras semana en redes sociales, habló con El Bonaerense y contó todos los detalles de ese zanjón “asqueroso”, del cual el municipio no se hace responsable y Trenes Argentinos no da respuestas.

“Nací en San Isidro y a los 15 años nos mudamos a Boulogne, con mi familia, en calle Lebensohn. Mi padre, en esa época, ya se empezó a mover porque vio que la mayoría de los vecinos arrojaba basura a la zanja que corre junto a las vías, motivo del actual reclamo”, comenzó contando el denunciante.

Y profundizó: “Por aquella época comenzó a reclamar por el entubado de la zanja, ya que era un criadero de ratas enormes y es el único espacio en donde está a cielo abierto, creo que viene desde Munro”.

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Tras los intentos reclamos de su familia, el barrio mejoró un poco ya que, según cuenta, logró que pasara el basurero. “Se tuvo que luchar con algunos vecinos que les resultaba mas cómodo seguir tirando basura a la zanja, pero se logró mejorar”, explicó.

Sin embargo, en los últimos meses, la situación se puso peor que nunca. “El estado de este zanjón ha empeorado porque el agua no corre con la fluidez de antes, no sé si influyó la habilitación del túnel paso a nivel de Sarratea, pero es horrible”, sostuvo Enzo.

Y agregó sobre la terrible situación: “Para colmo, algo que antes no se veía, gente que viene a buscar lombrices y con palas ha deformado ese espacio”.

Sobre los reclamos hechos a las distintas autoridades, expresó: “Tengo conocimiento de una familia que empezó haciendo un pedido a la municipalidad de San Isidro y después le dijeron que debía hacerlo al ferrocarril”.

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“El último verano ante los incesantes reclamos, vinieron a fumigarle la casa a ese vecino, pero no tengo claro quiénes. Los frentistas de calle Lebensohn estamos disconformes, tengan en cuenta que es algo que lleva muchísimos años”, agregó.

El hecho de que se hiciera una obra como la de túnel de Sarratea, reavivó la esperanza de solucionar este “eterno problema”, pero aún no obtuvieron respuestas satisfactorias de nadie.

“Jamás vi que alguien limpiara o fumigara. Lo único que se ve es gente del ferrocarril cortando pasto alrededor de las vías. En cuanto a las respuestas del Estado, bueno, muy similares a las que recibí yo: que no le corresponde al municipio”, finalizó.