El delincuente le apoyó fuerte la mano sobre la suya y rápidamente la droga la afectó. Quiso aprovecharse y bajarla del transporte, en un presunto intento de secuestro.

Una joven de Villa Ballester, localidad perteneciente al partido de San Martín, denunció penalmente un intento de secuestro luego de haber sido drogada en un colectivo. La mujer contó todos los detalles del suceso y respondió consultas de El Bonaerense. Además, reveló que la policía le contó que no sería la primera vez que ocurre algo así en el distrito.

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“Me pasó estando en un colectivo a las 15:30 de la tarde (del martes). No sé ni cómo describir lo que pasó, subí al colectivo línea 78, yendo hacia la casa de mi novio, me voy hacia el medio y me agarró del caño y del primer asiento que le sigue, venía bastante lleno el colectivo”, comenzó contando. Hasta ahí, todo marchaba como era habitual, pero...

“Ahí un tipo que estaba al lado mío me toca la mano con la punta de los dedos y después presiona toda la mano encima de la mía. Cuando lo miro para decirle algo empiezo a sentirme mareada, adormecida. Se me cierran los ojos y me empiezo a caer”, prosiguió, en lo que ya se veía como una película de terror.

Rápidamente, claro, el delincuente quiso aprovecharse de ella. “Este tipo me agarra tipo queriendo hacerme upa y me dice "te ayudo a bajar, vení vamos a tomar aire", como si fuera que viajábamos juntos”, agregó la denunciante. Y pudo haber tenido el peor final, pero apareció un "ángel" del cielo.

“Gracias al universo, dios o quien sea que me haya iluminado en ese momento, la mina que estaba en el asiento al lado de la puerta le empieza a gritar: "¿qué la tocas vos, la conoces? No la bajas nada, no la toques"”, contó que le dijo la mujer al presunto abusador.

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Según contó la joven, luego de que la mujer la agarrara y protegiera, el hombre se fue corriendo. “Yo me quedé tirada en el suelo, no podía hablar y me estaba quedando dormida. La mina me hablaba para que reaccione, fue la única que se metió en un bondi lleno. Esa mina fue mi Dios personal”, aseguró.

Tras el hecho, la mujer continuó ayudándola. “Cuando empecé a abrir los ojos y a poder hablar, le di mi celular, le dije la contraseña y le pedí que llame a mi suegra que me estaba esperando y que le pase la ubicación a mis amigos con los que justo estaba hablando antes de esto”, contó.

Asimismo, contó que la policía le dijo que no sería la primera vez que pasa algo así: “Después de que me reuní con mi suegra pude llamar a la policía. Les di la descripción del tipo este y me dijeron que coincidía con la de un hecho similar que pasó en Villa Ballester, a la salida del túnel de la estación de trenes”.

Si bien el hombre se bajó y no debió verlo más, el calvario no terminó tan rápido. “Recién a las dos horas más o menos se me pasó todo el mal estar. No te puedo explicar la desesperación por no poder hablar ni poder sentarme sola. No me respondía el cuerpo”, explicó.

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Del mismo modo, habló sobre lo que sintió en el momento: “No sé que tan fuerte haya sido la dosis por qué me dejó sin hablar y sin poder abrir los ojos. Fue todo tan rápido que al segundo empezó a subirme el efecto y ya no podía hablar ni abrir los ojos. Fue muy desesperante”.

Ahora, la denunciante busca justicia. “Me moví por la fiscalía para ver cómo se sigue. Tengo que pedir las cámaras aunque supuestamente ya las pidió la policía. Igual tengo todo construido por qué me desvanecí menos de 5 minutos. Así que toda la data la tengo por suerte”, explicó.

“No sé de qué manera nos podemos defender de algo así, yo no pude, yo tuve suerte y ahora lo estoy contando. Jamás pensé que me iba a pasar algo así”, finalizó.