María José Villasuso habló con El Bonaerense y le contó todos los detalles de la casa que todos quieren visitar en Martínez, San Isidro.

Esqueletos, brujas, fantasmas, momias, arañas, murciélagos, humo, tumbas, la Parca y muchas cosas más. Todo lo que a cualquier fanático de Halloween (o Noche de Brujas) le pueda atraer está presente en Dorrego al 556, Martínez, partido de San Isidro. Allí viven María José Villasuso y su esposo, Alejandro Caraciauri, quienes ya convirtieron su hogar en un atractivo turístico de Zona Norte.

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Ellos decoran su casa íntegramente para que los más chicos (y por qué no los grandes) disfruten de Halloween de la mejor manera. Las imágenes y los videos, claro, demuestran el increíble despliegue que realizan de manera desinteresada, con el único objetivo de darle alegría a la comunidad. Tras centenares de visitas, María José habló con El Bonaerense y contó todos los detalles.

El origen y los motivos:

“El proyecto de decoración comenzó hace muchos, muchos años. Empezó con Navidad y ahora siguió Halloween. Primero decoraba la casa cuando mi hija iba a la escuela para que ella y mi hijo hicieran fiestas”, comenzó contando.

Pese a que eso duró poco, su pasión por la decoración siguió intacta: “Cuando los chicos crecieron y no quisieron hacer más fiestas, con mi marido decidimos seguir decorando. Él se encarga más de lo técnico: arma el esqueleto que habla, el esqueleto que se mueve, las brujas que bailan al ritmo de la música. Somos un equipo que se lleva muy bien y hacemos muchas cosas juntos”, explicó.

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Asimismo, reveló cuál es su motor para realizar semejante trabajo año a año: “Hay tantas cosas, tantos problemas y tantos líos en la vida que está bueno que al menos por una semana la gente se olvide de todo eso y se divierta”.

Y profundizó: “Está bueno que una simple decoración despierte un encanto en el otro, es súper lindo. Lo vamos a seguir haciendo mucho tiempo más pese al trabajo y esfuerzo que lleva. La recompensa es el agradecimiento”.

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“Cada año le ponemos más cosas, más ingeniosas, más divertidas. El objetivo es jugar, divertirse, ver a todos emocionados cuando pasan por el frente de la casa. De hecho son muy agradecidos, los chicos pasan todos los días a propósito para ver. Hay mamás que me cuentan que sus chicos pasan tres veces por día”, aseveró.

Las atracciones:

Además de las brujas que bailan y el esqueleto parlante, hay otras atracciones que ya se preparan para este fin de semana: “Vamos a hacer proyecciones y vamos a lograr que los esqueletos bailen al ritmo de Michael Jackson”, contó Majo.

Para el fin de semana, (a un horas del 31 de octubre, Halloween) la pareja armó algo especial. “Ya pensamos una serie de proyecciones de películas, luces, humo y mucho más para que el que pase por afuera vea cómo que está pasando algo dentro de la casa, como fantasmas o cosas así”, reveló.

Asimismo, agregó: “Sábado, domingo y lunes el esqueleto hablará con la gente, no será sólo una grabación. La idea es que la gente pueda quedarse incluso media hora y ver todo el tiempo cosas distintas, que no sea todo estático”.

El trabajo y los costos:

Todo lo lindo que se ve en las fotos y los videos, tiene un duro trabajo detrás. “Nosotros hacemos todo, es mucho tiempo pero es más barato. Sobre todo lo técnico que hizo mi marido, para que todo vaya coordinado y lindo. Lo único comprado es la bruja, el resto es todo "Made in Argentina", ja”, contó.

Asimismo, reveló algunos precios: “Este año, por ejemplo, hice una momia y una araña que las telas salieron $2500 y $6000. Y también hay que comprar los caramelos para todos los nenes. Sabemos que es complicado, pero es lindo ver la alegría de la gente”.

Por los altos costos, este año la pareja colgó en su puerta un cartel para recibir colaboraciones. “Pusimos eso de "invitame un cafecito". Es un código QR para que cualquiera que quiera, pueda colaborar. Me sorprendió que muchos ayudaron, al menos para recuperar lo de los caramelos y poder superarnos a nosotros mismos año a año”, explicó.

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Asimismo, en esta página también le dejan lindos comentarios. “Lo que comentan ahí te llena el alma. Eso es mucho más fuerte que la inversión que uno pone. Te dicen "son los mejores vecinos, esperamos siempre esta época", y cosas así”, agregó.

Va cayendo gente al baile:

Pese a los altos costos que puede traer la decoración, con el correr de los años más gente se fue sumando. “Hay toda una movida en Martínez donde un grupo de vecinos armó una recorrida con las casas que van a estar decoradas y lindas para que los chicos sepan a dónde ir a pedir golosinas”, contó.

Navidad, la otra decoración:

“Para Navidad también decoramos, desde hace muchísimos años, desde que fui a Estados Unidos y en Miami estaba todo decorado de Navidad. Me fascinó tanto que cuando volví empecé a hacer todo, todo hecho por mí“, empezó explicando.

“Cuando tuve mi primer departamento, a los 22 años, empecé a decorar y ahora, en mi casa, lo sigo haciendo. Hace 24 años decoramos de Navidad y hasta alguien de mi familia se disfraza de Papá Noel. Y los vecinos quedaron encantados, siempre nos regalan cosas”, finalizó.