05/07/2022
Muchos chicos comienzan a patear una pelota de fútbol (en tamaños reducidos) poco después de dar sus primeros pasos. Otros, arrancan algunos años más tarde pero les apasiona de igual manera. Sin embargo, nada de esto le pasó a Ciro Cairo, un nene de 7 años que dejó la pelota y agarró los guantes de boxeo, para convertirse en una promesa mundial.
LEER MÁS: Tevez liquidó al Chapa Retegui por no acompañarlo en Rosario Central
El Búho, como le dicen a este pequeño, se entrena todos los días en el club Chacarita (y otras instituciones) con un entrenador personal, que lo lleva de a poco y lo hace sentir cómodo en la disciplina que lo enamoró desde sus dos añitos.
¿Por qué buscan llevarlo de a poco? Porque tiene un talento poco antes visto en un nene de su edad. Cuenta con movimientos propios de un boxeador profesional y las ganas de entrenar de cualquier aspirante a un cinturón de campeonato mundial.
De hecho, en diálogo con El Bonaerense y al lado de su mamá Soledad, Ciro no dudó: Mi sueño es entrenar todos los días y ser campeón mundial. El Búho tiene una voz llena de ternura, pero también de ambición deportiva.
LEER MÁS: Las penas que recibirán los agresores de Tiziano Gravier, el hijo de Valeria Mazza
Hoy dice eso. No tiene miedo, disfruta lo que hace. Es feliz entrenando todos los días de lunes a viernes junto a su profe Juan, explicó su mamá, que junto a toda su familia siempre lo apoyaron tras su decisión de intercambiar la pelota por los guantes.
Ciro tenía sólo dos años cuando le regalaron su primera bolsa de boxeo, como un simple juego, aunque sus papás siempre lo quisieron llevar a fútbol. La realidad es que cuando él tenía tres años lo llevamos a una escuelita de fútbol, comenzó contando Soledad.
LEER MÁS: Indignante: Le dieron sólo seis meses de prisión a un abusador de San Fernando
Sin embargo, ir a un club terminó de convencer a el Búho. Hacía la entrada en calor lo más bien. Pero cuando llegaba el momento de patear la pelota y jugar el partido, no quería saber nada, quería volverse a casa, agregó su mamá.
Y, en el mismo sentido, concluyó: Hasta que un día, en un entrenamiento, se acercó al papá y le dijo que no quería ir más a fútbol, que quería hacer boxeo.
Ya lejos de la pelota, el nene prodigio comenzó a boxear de a poco. La primera bolsa que le regalaron a los dos años quedó destruida, la segunda (a los 4) también. Después la madrina le compró otra un poco más armada, que venía con unos guantecitos. Y con eso empezó a entrenarse, explicó su mamá.
Ciro ya es una figura reconocida en las redes sociales. Ya tiene más de 287 mil seguidores en Instagram, donde se publican divertidos videos y fotos de sus entrenamientos. Claro, también lo siguen por su enorme potencial. La pasión de Ciro nació de él solo. Desde muy chico se notaba que tenía mucha coordinación para su edad, explicó Soledad.
Así es Ciro: un muy buen compañero, de muchos amigos, familiero (juega con su hermana, sus mascotas y le encanta ir a ver jugar al fútbol a su primo). Le va bien en matemática, le cuesta un poquito lengua y le gusta jugar con la play, resume su mamá. Aunque, claro, su nivel de boxeo es lo que lo hace distinto y lo que le permite soñar con ser campeón del mundo.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
17 de mayo de 2024