Carlota vive junto a su dueña en un country de Pilar hace 2 años. Noelia le contó la historia en exclusiva a El Bonaerense

Tal como en el cuento del Patito Feo, Carlota fue rechazada por su familia al momento de nacer. Era la más pequeña de 6 hermanos y, por alguna razón, fue dejada de lado por su madre.

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"La encontré un día intentando seguir a su familia, pero la madre la picoteaba como para echarla", comienza contando Noelia en una entrevista exclusiva con El Bonaerense, y agrega: "La corrí porque se escapaba pero la pude agarrar".

La bautizó Carlota, en homenaje al personaje de un cuento que su mamá le contaba cuando era chica. El ave, que ahora tiene dos años, es y fue siempre completamente normal. "Jamás le vi algo diferente que explique el porque su familia la rechazó", explica su dueña.

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Según los veterinarios que la trataron en sus primeros meses de vida, Carlota pudo ser dejada de lado porque eran muchos hermanos. "Es eso de la supervivencia del más fuerte y ella, al ser la más chiquita de tamaño, quedó como la más débil", dice Noelia.

Ambas viven dentro de un country en Pilar, Carlota anda libre por la casa y por el patio y jamás intento escaparse. Es más, su dueña cuenta que, cuando la pata era chica, lloraba si no la encontraba y la seguía a todos lados.

"Mis amigas me cargaban y me decían "mamá pata" porque hubo un tiempo que no la dejaba sola", recuerda Noelia.

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Ahora Carlota tiene dos años y, aunque su dueña la quiso dejar en libertad varias veces, el ave no quiere abandonar a quien le salvó la vida. "Lo que hago es llevarla conmigo cuando voy a la laguna y la dejo nadar con el resto de los patos, ella va un rato y cuando se cansa me viene a buscar para volver a casa", dice, emocionada, Noelia.

Sin dudas el amor entre esta mujer y su pata es una historia que ocurre una vez en un millón.