La vecina de José C. Paz cuenta en exclusiva con El Bonaerense como está la situación de su marido tres años después de la falsa denuncia

María Lujan Cuevas tenía una vida tranquila junto a su marido y sus 13 perros rescatados en una casa de José C Paz. Compartían todo y asegura que "eran muy compañeros". Pero eso quedó trunco cuando una familiar lo denunció por supuesta violencia.

"Mi esposo es inocente", afirma María, quien va todas las semanas a visitarlo a General Alevar donde permanece detenido desde septiembre del 2021, y agrega: "Yo sólo quiero justicia".

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Su marido, cuyo nombre no puede ser revelado por la situación que se encuentra atravesando, sufre diabetes hace seis años. "Antes de ocurrir todo esto estaba bien controlado con su medicación y su dieta para diabéticos de 6 comidas diarias", cuenta María en diálogo con El Bonaerense.

Y agrega: "En menos de un año estando privado de su libertad al no tener la misma calidad de cuidados que tenía en nuestro hogar, su estado de salud se ha deteriorado visiblemente. Ha perdido casi todas sus piezas dentales, se hizo hipertenso, tiene problemas de circulación, problemas para orinar, problemas en sus articulaciones, entre otras cosas".

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María quiere justicia y afirma que "las leyes que se crearon para protegernos no se están cumpliendo debidamente". "El 10 de septiembre me arrancaron el corazón, me destrozaron la familia, se llevaron junto con él mi vida entera", recuerda.

El desorden en cuanto a la justicia y la igualdad de género es el principal problema que acecha a la vecina de José C Paz. "Para la Justicia la palabra de la mujer es palabra santa, y eso me parece bien, pero hay casos donde las mujeres realizan falsas denuncias y nadie hace nada para investigar y buscar la verdad", dice.

"Yendo a visitar a mi marido todas las semanas, he conocido casos terribles como el nuestro donde la justicia injustamente cree un el relato de una mujer que se aprovecha de la ventaja que le han dado a raíz de las leyes que han sacado a su favor, y hacen uso y abuso de las mismas para impedir vínculos de padres e hijos, separar matrimonios, desmoronar familias", cuenta en diálogo con este medio, y agrega: "Yo soy mujer y demás esta decir que no comparto la violencia de hombre a mujer, ni de mujer a hombre, ni el abuso, ni la falta de respeto, pero creo desde mi humilde lugar que deberían ser mas cautelosos a la hora de investigar estos casos en donde muchas mujeres despechadas usan el medio de la denuncia de violencia de genero solo para hacerle mal a otras personas".

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Mientras busca justicia por su marido, María Cuevas asumió la responsabilidad de ser la voz de quienes están sufriendo lo mismo. "Hay muchos casos como el nuestro y alguien tiene que hacer algo", afirma.

"No le deseo esto que estamos viviendo a nadie. Es terrible estar separados. Solo quiero que alguien se entere de que manera trabajan en las investigaciones y como, muy livianamente, sin conocer las dos versiones toman determinaciones en las cuales se ven gravemente afectados en espíritu, cuerpo y alma", concluye María Lujan.