Se trata de Angel Súñez, ex empleado de seguridad de la Fundación San Camilo. Allí, en 2013 se suicidó Saulo Rojas tras ser encerrado en la celda de castigos.

Por primera vez en la historia desde la sanción de la Ley de Salud Mental, se condena por una muerte dudosa en una comunidad terapéutica a una persona. Se trata de Angel Súñez, ex empleado de seguridad de la Fundación San Camilo (granja para adictos de Pilar).

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La condena es por el homicidio culposo de Saulo Rojas, el joven mendocino de 23 años que en 2013 se suicidó al ser encerrado en una celda de castigo. La Justicia, del TOC 4 de San Isidro, entiende que no lo cuidó en ese momento.

El juez remitió el veredicto a la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos problemáticos y Violencias de la Provincia y pidió que se investiguen otros casos ocurridos en San Camilo. Este centro cerró en 2017 tras las denuncias de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) por torturas, privaciones ilegales de la libertad y abusos sexuales realizados contra aproximadamente 60 pacientes.

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Saulo Rojas falleció el 14 de julio de 2013. Se ahorcó en “el engomado”, como llamaban en San Camilo a la celda de castigo donde fue encerrado por Súñez en contra de su voluntad (prohibido por la Ley de Salud Mental de 2010).

La fiscal explicó que era una habitación “sin revoque, sin piso, sin muebles, sin electricidad”. Asimismo, precisó que el instructivo del lugar hablaba de sacarle al paciente los objetos con los que podría lastimarse. Súñez le dejó el cinturón, con el que finalmente se quitó la vida.

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