Está prevista para el mes de diciembre durante tres días. El hallazgo se produjo en octubre del año pasado.

Integrantes del grupo Eslabón Perdido junto a la Liga Naval Italiana y voluntarios confirmaron que durante el próximo verano recorrerán las costas de Necochea para determinar el origen del submarino alemán que apareció en el Mar Argentino, en cercanías de la localidad bonaerense, en octubre del año pasado.

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Los restos de la fueron descubiertos por la agrupación Eslabón Perdido frente a la costas de Quequén en octubre del año pasado y, en un primer vistazo, se argumentó que los hierros retorcidos que allí se encontraron serían de un submarino nazi que escapaba desde Europa al finalizar la Segunda Guerra Mundial y buscaba refugio en Sudamérica.

A partir del hallazgo de este submarino, y basándose en otros dos que se entregaron en el Puerto de Mar del Plata, creció la hipótesis de que se efectivamente se trataría de las fuerzas alemanas. Los restos fueron encontrados por Eslabón Perdido, organización dirigidad por Abel Basti y luego fueron evaluados por el doctor Fabio Bisciotti, de la Liga Naval Italiana, quien confirmó que se trata de una nave sumergible de la Segunda Guerra Mundial. El especialista peritó las pruebas recogidas y dictaminó que los restos hallados corresponden a un submarino alemán que fue “deliberadamente explotado”. Cabe destacar que Bisciotti es uno de los máximos expertos en el mundo sobre el naufragio de embarcaciones de dicho período histórico.

Es por ello que para el próximo verano Basti está preparando una nueva expedición a las costas necochenses, donde está escondido el supuesto submarino nazi. El objetivo será tomar imágenes más nítidas y hacer mediciones que permitan determinar de manera fehaciente que se trate de un submarino de origen alemán de la Segunda Guerra Mundial. Para llevar esta empresa a cabo, Basti adelantó que la idea es ejecutar un plan de tres días para operar en el Mar Argentino junto a Eslabón Perdido a mediados de diciembre, cuando las condiciones climáticas sean favorables.

Durante la expedición viajarán unas 15 personas, entre los que se encuentran dos buzos, tres miembros de Eslabón Perdido, dos especialistas en documentación y material cartográfico europeos. Todos trabajarán de manera voluntaria. La nueva expedición promete con equipamiento de mayor calidad tratar de poner un poco de luz sobre la llegada de alemanes una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.