Brindan ropa y alimentos principalmente a los niños. En cada barrio hay referentes que coordinan los aportes de las personas.

Una imagen repetida en los últimos tiempos en el país es la cantidad cada vez más creciente de personas que no consiguen subsistir. Quienes más lo padecen son los niños que, en muchas ocasiones, resignan sus estudios para poder ayudar en su casa. Al mismo tiempo, los roperos y comedores se sostuvieron para ser una ayuda fundamental, gracias al aporte desinteresado de gran parte de la población.

Por ejemplo, hay organizaciones como el ropero "Solitas", de María Eugenia Cartes y "De los chichis", que también es merendero, coordinado por Silvia Saavedra, son uno de los tantos lugares donde se ayuda a personas que tienen algún tipo de carencia. "Nosotros somos un grupo de hombres y mujeres políticos que colaboramos con esos dos comedores", explica Liliana, una de las integrantes. Y agrega que su tarea consiste en recolectar ropa, alimentos y juguetes para los días festivos principalmente. "Todo se organiza con un mes de anticipación, se va viendo lo que se necesita.

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Por ejemplo, este año "Solitas" tuvo la gran colaboración de "La Payana", con la donación de varios juegos. Y la jornada tuvo de todo: música, una merienda muy grande, juguetes, "Una parte muy pequeña la gestionamos a través de Desarrollo Social, la parte más grande es lo que se junta durante todo el año", comenta Liliana. Ella es trabajadora del Hospital Interzonal de Mar del Plata, y siempre agradece las donaciones que recibe de la gente que asiste. "Muchos ya me conocen y vienen y donan ropa, libros, juguetes", describe.

Para satisfacer una tarea tan grande, cada barrio cuenta con referentes que se encargan de la logística y de informar qué necesita cada merendero y/o ropero. "Nos damos una mano entre todos para conseguir los recursos. Por ejemplo, si nos sobra de un alimento lo cambiamos por algo que les sobre a otros", detalla Liliana sobre esa esencia de solidaridad que se mantiene en pos de ayudar al que lo necesita.

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Si bien toda ayuda es invaluable y es apreciada, Liliana sabe que aún falta mucho para solucionar la problemática. "No es que estamos haciendo un trabajo social grande ni salvando a la sociedad. Lo que juntamos y lo poco que tenemos se lo damos a todo el que lo necesite". Y también aclara que los adultos necesitan tanto como los niños y cuando se puede, también se les brinda ayuda.

A pesar de que muchas agrupaciones provienen de esferas políticas o reciben alguna ayuda de ellas, pasan absolutamente a un segundo plano, y nunca pierden el objetivo solidario. Incluso, es notoria la ayuda y sinergia que hay entre estos sitios que luchan porque grandes y chicos mejoren su calidad de vida. La situación social y económica se tornó difícil, pero gracias a los merenderos y comedores muchas personas pueden suplir sus necesidades gracias a la solidaridad.