Fue su primer disco como solista. Con él se alejó del sonido más elaborado de Serú Girán y lo compuso con la guerra de Malvinas como telón de fondo. Te contamos la historia de un álbum esencial del rock argentino.

Hacia 1982 Charly García estaba en un punto clave de su carrera. Serú Girán, la virtuosa banda que lideraba y marcó al rock argentino de final de los setenta, entraba en un impasse con la partida del bajista Pedro Aznar a EEUU que terminó siendo una separación.

En esos días, el cineasta Raúl de La Torre le pidió que componga la banda sonora de "Pubis Angelical", la pelicula que estaba filmando basada en la novela homónima de Manuel Puig. García aprovechó no sólo para entregar dicho álbum instrumental sino también para encerrarse (jamás mejor usado el término) a dar forma a las ocho canciones que marcarían el comienzo de su antológica carrera solista. Afuera, la Guerra de Malvinas estaba en el aire, la dictadura militar tenía los días contados y la década del ochenta realmente estaba a punto de empezar.

Ese triste y a la vez extraño clima de época, más la propia guerra interior de García que estaba en su punto máximo como artista, orbitan en torno a la música y las letras del disco. En el que a la paranoia por la incertidumbre del ataque inglés se le suman la propia paranoia por el consumo de drogas en plena dictadura militar, más la melancolia que a veces se vuelve depresión y todo parece unirse a la perfección en un concepto que desde el titulo define al disco: el encierro.

Ya la obra maestra que titula al álbum lo dice todo: "Yendo de la cama al Living/Siento el encierro", un clásico instantáneo que sonaba a un millón de años luz del rock argentino de la época y aún hoy sigue conservando cierto sabor a modernidad. Pero la paranoia se multiplica: explícita en "Yo no quiero Volverme tan loco" ("Yo no quiero vivir paranoico/ yo no quiero ver chicos con odio"), "No bombardeen Buenos Aires" ("Estoy temiendo a un rubio ahora /no sé a quien temeré después") o sutil en la sublime y nostálgica balada "Y vos también estabas verde" ("Yo me pregunto entonces si aún estarias aquí cuando yo no era nadie y no tenía plata en el bolsillo").

Un dato interesante que aumenta la idea de encierro y soledad creativa del disco, es que Charly grabó casi todos los instrumentos del álbum, salvo por la participacion de algunos invitados de lujo como sus dos compañeros de Serú, Oscar Moro y Pedro Aznar o, nada menos, que León Gieco figurando con seudonimo por problemas contractuales en la mencionada "Yo no quiero volverme tan Loco", Nito Mestre en la bellísima "Superhéroes" o Luis Alberto Spinetta cantando en la cuasi improvisada "Peluca Telefónica" o grabando un jazzero y extraño solo de guitarra en esa maravilla melancólica llamada "Canción de dos por tres".

Y, por supuesto, también esta la cuestión Malvinas a la que Charly, sin haber sido nunca lo que se llamaba un "cantante de protesta" no le escapa. Allí esta la frase "Vuela un Jet hacia el Sur, la cósmica cintura es el folklórico ataúd de un DC 10 que se hace estrellas contra el suelo" de "Vos también estabas verde" o toda la letra de "No bombardeen Buenos Aires" en la cual García no puede dejar de ser Charly y se permite la ironía y hasta el humor en tiempos de terror, ya cuando arranca diciendo: "Comunicado 234, estamos ganando, seguimos ganando" y luego se ríe (había que animarse a grabar esas palabras con la dictadura aún en el poder) o cuando implora mordaz : "Pero no bombardeen Barrio Norte". Frase usada muchos años después para titular un recomendable libro del escritor y periodista Martin Zariello dedicado enteramente al disco y a "Pubis Angelical". Alli, el autor sostiene que el álbum y la canción que lo titula en particular "No es sólo la sintesis brillante del exilio interior de Charly García causado por el contexto político de la época (o más bien "no político") sino que también aporta datos sobre el momento personal del artista, que se encontraba, al igual que el país, en una transición".

A modo de cierre, como si todo lo anterior fuese poco el disco termina con "Insconsciente colectivo" otra canción icónica del repertorio de García que inmortalizaría años después Mercedes Sosa. En los últimos segundos de un himno minimalista y especialmente intimista dentro de un disco tan personal, se le escucha a Charly susurrar: "Buenas Noches, Felices Sueños" casi con ternura.

¿O estaría siendo lúcidamente irónico y riendose de todo una vez más?