La comunidad educativa del Colegio Normal de Quilmes se expresó notoriamente en disconformidad por la actualidad del edificio donde se dictan las clases. Frío en las aulas, vidrios rotos y goteras son algunas de las cuestiones que reclamaron.

Los vecinos de Quilmes volvieron a reunirse virtualmente desde las redes sociales para expresar enfáticamente su descontento con la situación estructural del Colegio Normal. Acusando problemas de goteras y humedad en las aulas que provocan frío, vidrios rotos y poco reconocimiento de las autoridades al constante reclamo, Luna encabezó los cuestionamientos.

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"Los chicos varias veces intentaron hacer algo para mejoras del colegio y prácticamente ni los escuchan. Hace unos años tomaron el colegio y aún así pudieron conseguir un 2% de lo que piden. Mi hija ya termina pero varios hermanos de sus compañeros y primos quedan ahí. La verdad que da vergüenza, ella misma siendo adolescente me dice que es un desastre el colegio", remarcó Luna en su comunicado.

Así, se sumaron al reclamo una amplia cantidad de vecinos que no pueden creer cómo está en la actualidad el colegio. "Era una escuela de lujo. Pasar por la puerta y ver el estado en que se encuentran da muchísima tristeza", comento una egresada de hace más de dos décadas haciendo alusión a la evidencia visual de lo que reclaman.

Sin embargo, la realidad parece ser bien distante a la que vivieron las camadas del 1990. Nicolás, un joven que culminó sus estudios en 2021, recoció el padecimiento vivido. "Yo me egrese el año pasado y estuve tres años en ese colegio. Cuenta con tres baños para hombre y solo funciona uno porque jamás limpiaron los baños. Muchísimas veces tuvimos que secar y barrer nosotros las aulas, ya que sino no podíamos estudiar del mal olor y mugre", afirmó.

De esta manera, varias voces aportaron al conflicto general del Colegio Normal de Quilmes, al cual Luna definió enfáticamente sobre la realidad actual. "No da para más las irregularidades que hay. Ni hablar del edificio, los chicos se mueren de frío y en verano de calor. Hay vidrios rotos por todos lados, las aulas están explotadas, cuando llueve tienen que estar cambiándose de aulas porque ingresa agua por todos lados. Incluso del techo hay goteras que forman lagunas en los salones", relató.

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Además, Sandra ratificó lo expuesto y agregó: "Hace frío, no tiene agua, no hay kiosco donde se puedan comprar algo". No obstante, bien marcaron los vecinos que la queja primordial está en las cuestiones edilicias y no en las educativas. "Nadie dice que sea mala, estamos hablando de las condiciones en las que están estudiando los chicos. No tienen agua".