Fueron habituales en la crisis de 2001. Hoy, la virtualidad se sumó a los clubes tradicionales.

Fueron una imagen recurrente en la crisis que golpeó al país en 2001-2002 y surgieron para poder hacer frente a la baja en los sueldos propiciados por la devaluación y la escasez de recursos que debió enfrentar un gran porcentaje de la población. Dos décadas más tarde, los clubes de trueque volvieron a aparecer para emparchar la dificultad de llegar a fin de mes, aunque con nuevo formato: además de los clásicos stands, hoy las redes sociales permiten un intercambio más fluido de mercadería y bienes.

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A principios de octubre, el fenómeno cobró visibilidad en todo el país. Mar del Plata no fue la excepción, y llamó la atención la gran cantidad de personas que fueron para poder obtener alimentos, ropa, u otros artículos de primera necesidad. "La plata ya no alcanza para nada y en muchos barrios ven al trueque como la única manera de subsistir, de poder llevar algo para la mesa o poder vestir a sus pibes", refleja Natalia Mezquida, quien es referente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). Al mismo tiempo, expresa que esta situación "es un reflejo de lo que pasó en 2001".

En los clubes, a diferencia de las ferias comerciales, no se utiliza dinero. El cambio de productos se puede hacer de manera directa, o cambiarlo por créditos, que son una especie de "unidad monetaria" de uso interno. Según el valor de esos créditos, el usuario puede "comprar" un producto. "Yo vivo en el campo, tengo gallinas y quinta, entonces traigo huevos verduras y lo cambio por otras comidas. A mí en lo personal me sirve un montón, soy pensionado y tengo que cuidar lo que gano al máximo", detalla Juan, quien viene desde las afueras de la ciudad para abastecerse.

Para muchos usuarios, con la irrupción de internet y las redes sociales, la esencia del trueque nunca se perdió. De hecho, basta con ver los grupos que se dedican a la actividad en Facebook, que cuentan con centenas de usuarios. "El grupo siempre estuvo activo, pero por lo general se cambiaban cosas para arreglar la casa. Ponele un termotanque, azulejos. Ves los últimos posteos y casi todo es ropa para chicos y comida, fideos, azúcar, caballa", relata Carina, quien administra un grupo de Whatsapp y es miembro activa en las redes.

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En la antesala del año electoral y con una situación difícil desde el plano económico, los clubes de trueque sirven como paliativo para