Cada vez más hombres recurren al bigote y la barba como identidad y cambio de look. Sus protagonistas explican su resurgir.

En el mundo de las modas y tendencias nunca se sabe qué es lo que se va a imponer. En muchos casos (y sobre todo en este siglo) ha habido un resurgimiento de lo clásico, desde lo audiovisual y el entretenimiento hasta las tendencias de belleza e imagen. En el caso de los hombres, en la última década se vivió un resurgimiento del bigote y la barba, lo cual propició la vuelta de una actividad que había quedado atrapada en el tiempo: la barbería.

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Si bien la barbería fue considerada históricamente una actividad masculina, muchas mujeres se animaron a incursionar en el rubro. Pamela es peluquera hace 15 años y desde hace 10 se metió en el mundo de la barbería."Mi mamá era peluquera y aprendí a cortar de chiquita. Me gustó porque siempre hay algo nuevo por conocer, cambia constantemente", relata. Y añade que la transición hacia la barbería le resultó muy llevadera. "Muchos clientes eran de peluquería y se fueron sumando también a la barbería. Ellos a su vez iban recomendando amigos y te vas dando a conocer".

Diego Garcialoredo es otro artista de la navaja. Su local, ubicado en pleno centro marplatense concentra una gran cantidad de clientes. Incluso se dio el gusto de ser campeón nacional en corte masculino moderno (2016) y subcampeón mundial en la técnica Fade Tradicional (2021). Diego comenzó en el oficio en 2003 y, once años después, se dedicó de lleno al afeitado clásico, es decir, con todos los preparativos y herramientas que se utilizaban décadas atrás.

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Uno de los sitios más pintorescos es El Ático. Ubicada cerca de la Terminal de Mar del Plata, no sólo ofrece un lugar donde cambiar o mejorar el look sino que también tiene un ambiente cálido, más parecido a un club. Decoraciones con cuadros y objetos, música variada y, en tiempos prepandemia, se podía tomar algo. Con esa fórmula, el lugar fue uno de los pioneros y más reconocidos en la Feliz. Hoy se pueden encontrar barberías en prácticamente cualquier punto de la ciudad.

Incluso la moda de las barbas traspasó también los locales. Cada vez más entusiastas aprenden las técnicas de afeitado de sus padres y abuelos. Basta con mirar en internet la cantidad de artículos en venta: desde las navajas hasta los bálsamos y las brochas, se puede conseguir todo lo necesario para lograr un bigote o barba con estilo, o probar con un look a cara lavada.

Para Pamela, los barberos tienen larga vida en cuanto a las modas. "Más que una moda pasajera, es algo que vino para quedarse. Los hombres hoy son más detallistas y meticulosos en cuanto al cuidado personal. Y está muy bueno que sea así", afirma. Respecto a los costos, explica que "muchos materiales como las navajas vienen de plástico y las cuchillas son descartables. Eso abarata mucho los costos". Y agrega que lo que más le cuesta conseguir son los clásicos sillones antiguos. "Es más por una cuestión estética, pero necesitás de una inversión fuerte para comprarlos".

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Los barberos se convirtieron en íconos de la imagen masculina y parece que la tendencia tiene para muchos años más. Así como se fueron mencionando la vuelta de muchas modas que quedaron en el tiempo ¿Cuál será la próxima?