El crudo relato de la comunidad se da en el marco de una continuidad de varios días sin luz o escasa tensión eléctrica. Impotencia, desazón y una sensación de desidia sienten los vecinos ante semejante inacción.

En Almirante Brown, como en varias partes del Gran Buenos Aires, el servicio eléctrico se volvió una tortura desde la llegada de los primeros fríos importantes del año. Ahora, en pleno invierno, todo fue empeorando y la falta de luz trae consigo varios problemas mayores. Entre ellos, la inseguridad se acrecentó por la falta de iluminación y se animaron a postular que es "tierra de nadie".

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El fin de semana largo fue para muchos una oportunidad para relajarse y estar en familia. Sin embargo, en Almirante Brown los vecinos padecieron una consecutiva de días sin luz que se extiende hasta hoy. A pesar de las denuncias, no logran tener un servicio acorde y la sensación es de desidia. "Cuatro días sin luz, es tierra de nadie", postuló una ciudadana harta de su realidad.

Desde allí, surgieron incontables reclamos que denotan la impotencia vecinal. "No se imaginan la cantidad de reclamos que hice al ENRE y a Edesur cada tres horas. Es tierra de nadie, es una vergüenza. Llorando llamé anoche porque te desespera la impotencia que todo funciona mal. Uno lo único que hace es laburar todos los días para llegar a casa y disfrutar de su hogar, pero pasa esto y te amarga la existencia".

Si bien el foco de conflicto está con la empresa prestadora de servicio, la bronca y el enojo de la comunidad ya se transfiere también a la conducción local. "Almirante Brown está sin autoridades que se preocupen por sus habitantes. Si se preocupan por proteger a empresas que nos pisotean", afirmó Leo. En ese sentido, Ricardo postuló que todo cambiará: "El día que nos revelemos en contra de estas corporaciones".

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Longchamps, Budge, Marmol y cada barrio estuvo notoriamente afectado en los últimos días. Los vecinos explotaron porque no comprenden como cada día sufren desperfectos eléctricos. "No se puede vivir así, es terrible estar sin luz. En Glew estuvimos seis días sin nada y no te dan bolilla", relató Fabiana, siendo una de las tantas voceras de la desidia eléctrica. Vergüenza es el indicador más recurrente entre los vecinos que están cansados de no tener respuestas.