Dos madres han denunciado a un establecimiento educativo de Berazategui, al cual sus hijos no pueden asistir por ser considerados “una molestia”. Las tutoras, aseguran que las docentes, no están capacitadas, además de no permitir la asistencia de acompañantes terapéuticos.

Una insólita situación está teniendo lugar en una institución educativa de Berazategui, donde varios padres, con chicos diagnosticados con Trastornos del Espectro Autista (TEA), están siendo discriminados. Según aseguraron las madres, que hablaron con este medio, la situación viene desde hace tiempo y nadie parece tomar cartas en el asunto.

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Una de las madres, aseguró que su hija, quien concurre al Jardín N° 929 del barrio Kennedy Sur, ubicado en la localidad anteriormente mencionada, quien está siendo discriminada por la comunidad educativa. Puesto que ella, al igual que otros chicos con ese diagnóstico, son “obligados” a asistir por un período corto de dos horas de clase. Puesto que, según detallaron estas madres, sus hijos son vistos como una "molestia".

“Mi hija A. tiene tres años y medio y fue diagnosticada con TEA hace ya siete meses, ella tiene un nivel leve a moderado”, comentó a este medio Micaela Ledezma, madre de A. Quien además, esta llevando adelante el tratamiento de la pequeña.

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Una situación injusta

“Cuando inician las clases, yo le comento a los directivos del establecimiento, la condición que mi hija tiene. Le muestro el certificado de discapacidad y le consulto por el tema del acompañante terapéutico”, manifestó la madre y aseguró que: “Ella al iniciar en una sala de 3 años, me dijeron que no era necesario que ella asista con un acompañante, sino que eso se evaluaría a como transcurre el año”.

Por otro lado,  según detalló Micaela, su hija debe tener acceso a un acompañante terapéutico, el cual es una persona capacitada en chicos con estos trastornos, para que este pueda ayudar a su hija a vincularse en las actividades del jardín. No obstante, este pasaría a ser su cuidador, por lo que no interferiría con las actividades educativas, puesto que estas corresponden a las docentes.

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Luego de haber presentado los documentos necesarios para que su hija quede inscripta, esta madre la llevó a su primer día. Sin saber que, el panorama de cursada para su pequeña, sería completamente diferente al de sus compañeros. “Mi hija desde que empezó el año nunca tuvo jornada completa, siempre hizo una hora y media, desde marzo hasta agosto, nunca cumplió con las cuatro horas”, denunció.

Asimismo continuó: “Según su docente, A. no se entretenía con nada, que era una nena difícil de tratar, que no quería socializar con ningún nene y todo el tiempo era apuntar a mi hija, como si ella fuera un problema para el jardín y para las maestras”. Entre tanto, señaló que su hija desde el primer día, sufrió un destrato por parte de los directivos del establecimiento.

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Si bien, la Ledezma, estableció que en un primer momento pensó que era una cuestión de que las maestras se acomodan, pero con el paso del tiempo nada cambió. Y las devoluciones sobre su hija, eran constantemente señalándole como la causante de problemas. “Según las maestras A. no quería jugar, no participaba, no se entretenía y demás”, detalló.

Un caso de discriminación

Por otro lado, Micaela aseguró que su hija jamás logró establecer un vínculo con sus maestras,  algo que es importante para estos chicos. “Ninguna se quería acercar a mi hija, yo pensando de que era algo que se iba a acomodar con el tiempo, me decía que era algo nuevo para ellas, porque es un colegio con un grupo orientador muy bueno, pero que viene una vez a la semana y solo observa”,  manifestó con indignación.

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Sin embargo, lo que colmó la paciencia de esta madre, fue una situación que la dejó perpleja. Tal como comentó Micaela, el martes como cualquier otro día de clases, llevó a su hija al establecimiento, donde la directora, apenas verla le prohibió la entrada a la menor. Puesto que, según estableció, la maestra A. no asistirá a la clase, por lo que ella no podía quedarse.

“Me dijo que mi hija no podía ingresar porque ellas no la podían controlar,  me doy vuelta y veo que todos los compañeritos de mi hija entraban al jardín”, manifestó con enojo y continuó: “Le pregunte porque no me había avisado antes,  y me contestó que eso se había avisado en el grupo, ese fue el trato con la directora, ella me echó del jardín y la echo a mi hija, todo porque no le tienen paciencia y después por parte de un papá, me entero que la maestra había asistido ese día, solo que había llegado más tarde”.

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Ante esta aberrante situación, la madre acudió con la orientadora, a quien le manifestó que haría una denuncia en la Inspección Distrital de Inicial. “Al llegar a mi casa, me llama la directora, diciéndome que mi hija podía volver al jardín y que se podía quedar, justificándose que no sabía que se trataba de A.”, comentó con indignación.

Una problemática con mucha repercusión

Por otro lado, el caso de "A." no es el único al cual llegó este medio, otro niño que asiste a este establecimiento, fue tratado de la misma manera. “Mi nene desde el año pasado va de una a dos y media, yo me queje con la directora y recién ahora me hicieron caso, porque recientemente está yendo a jornada completa”, comentó Roxana Santillán, otra madre.

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Asimismo continuó: “Él se perdía la merienda, se perdía todos los juegos, la clase de música y de educación física, no podía participar de ninguna actividad”, manifestó con tristeza. Entre tanto, aseguró que, el corto tiempo que el nene estaba dentro del establecimiento se debía a que él no se podía adaptar, dándoles cualquier excusa, manifestó Roxana.

Ante esto, ambas madres sienten preocupación, dado que no comprenden cómo sus hijos pueden integrarse si solo tienen un breve tiempo en el jardín. “Así se pierden la merienda, se pierden momentos con sus compañeros, a mí me dijeron que cuando presentara el certificado de discapacidad, ellos iban a poner un acompañante, desde abril que lo tienen y todavía nada”, comentó Santillán.

“La inspectora me dijo que iba a investigar al jardín y que sus ojos iban a estar puestos en eso. Después me hizo firmar un acta contando todo lo que pasó y nada más”, agregó Micaela y continuo: “Como madre, no quiero que una situación así, se vuelva a repetir con ningún niño, ni porque tenga TEA, sea gordo, flaco, alto bajo, con nadie tiene que haber inclusión para todos”.

Cabe señalar que, tras el revuelo generado por esta madre, la situación aparenta a establecer un cambio. Sin embargo, Micaela Ledezma no pretende quedarse callada, más allá de la situación, dado que lo que vivieron estos chicos fue injusto. “Siempre sentí que a mi hija la ven como un problema o como una condición, igualmente gracias a la revolución que se armó, se dieron cuenta que las mamás con niños con TEA no nos quedamos calladas”, concluyó.