Tras lo sucedido en Tres Arroyos, la vecina de Remedios de Escalada, nos contó su propia experiencia: ¿están en peligro las juezas?, ¿cómo se las cuida?

Camila Quaglia, oriunda de Remedios de Escalada, es una de las tantas árbitras que trabajan (pero no viven), del fútbol: ¿Existe la misma posibilidad para los hombres y para las mujeres en este ámbito? ¿qué sucede cuando los equipos descubren que serán arbitrados por una mujer?

La localidad de Tres Arroyos fue noticia durante la última semana por, desafortunadamente, un nuevo hecho de violencia en el fútbol: Cristian Tirone, jugador del Deportivo Garmense, agredió físicamente a Dalma Cortadi.

Su propia experiencia

Debido al tremendo hecho de violencia le realizamos los interrogantes antes propuestos a Camila: “Te señalan con el dedo por equivocarte, pero somos humanos y no perfectos”, comenzó relatando.

La árbitra, ejerce la profesión luego de iniciar su camino en la Asociación Argentina de Árbitros (AAA): “Un amigo estaba estudiando la carrera, me dio intriga y me metí de lleno en la escuela”.

“Estoy arbitrando en los partidos que me brinda la institución”, indicó Camila, que además aseguró estar “feliz de conocer lugares nuevos” donde se junta con muchos jueces y juezas en actividad.

Árbitras argentinas, una revolución

Hace varias décadas ya, exactamente el 4 de abril de 1998, Florencia Romano fue la primera mujer en dirigir un partido en torno a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

El resultado de aquel encuentro en Valentín Alsina entre Victoriano Arenas y Múñiz por el torneo de la Primera D, es anecdótico, pero a la tucumana le sobraba “carácter y personalidad”, señalaron desde el entorno cercano en aquel entonces.

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La pionera llegó a denunciar a Julio Grondona por discrminiación. El ex presidente de la AFA le respondió: “No es sensato que una mujer dirija entre hombres”.

Una pizca de actualidad y realidad

Las árbitras argentinas van haciendo camino al andar. Un camino, por cierto, muy sinuoso y plagado de incertidumbre donde, muchas veces, se ven atrapadas en un ambiente laboral poco agradable.

“Gracias a Dios no me tocó vivir ningún episodio de violencia física”, señaló Quaglia. 

La jueza, además resaltó que sufrió mucha violencia verbal, entre ellas, relacionadas al género: “Me pasó entrar a una cancha y escuchar ´esta mina nos va a dirigir?´”.

A su vez, señaló que muchas veces, pese a los dichos previos, la terminaron felicitando por su buen accionar dentro de la cancha. 

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“Se piensan que por ser mujer no estamos a la altura de dirigir un partido de hombres o que no leemos el reglamento”, aseguró.

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El arbitraje, ¿un trabajo de riesgo?

“Lo que sucedió en Tres Arroyos me llena de tristeza. Ya no importa si sos hombre o mujer, si estás trabajando o no”, indicó Camila. 

Otro hecho que resaltó por su notoriedad, tiempo atrás,  fue la agresión al árbitro Gabriel Cortinez en la Liga Posadeña de Fútbol. Al igual que en el caso reciente, Luis Maciel, futbolista de Sporting de Santo Pipó le pegó una trompada al árbitro por haberlo expulsado. 

El jugador recibió dos años de sanción. La víctima fue atendida en el Hospital Madariaga donde recibió las primeras curaciones tras ser noqueado. 

Al consultarle a Camila, sobre la formación en estos casos nos expresó: “En la escuela no hacen referencia a como tratar estos temas de violencia”.

“Falta que nos cuiden, sufrimos y vivimos la violencia cada vez más de cerca. Un jugador no tiene derecho a tocarnos”, cerró la jueza.