El Bonaerense habló con el elenco Sedianka que pertenece a La Sociedad Cultural Búlgara Iván Vazov. Nos contaron sobre la historia de su formación en Argentina, los rasgos primordiales de su cultura y cómo es su experiencia manteniendo vivos sus valores ancestrales.

La Argentina a lo largo de la historia se fue construyendo socialmente como un encuentro de nacionalidades. Inmigrantes de todas las regiones del mundo fueron arribando a los puertos en búsqueda de emprender una nueva vida. No obstante, esos valores identitarios de sus culturas natales no eran dejados de lado y, en muchos casos, encontraban acá un espacio genuino para mostrar la riqueza de su civilización.

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En la Provincia de Buenos Aires, Berisso se ha caracterizado por ser la capital del inmigrante. Allí, confluyen un gran numero de colectividades que mantienen vivos los aspectos más primordiales de sus culturas ancestrales. Si bien en los últimos años el territorio argentino se volvió casa de muchas personas nacidas en los países limítrofes, más de seis décadas atrás fue la corriente europea que se asentó aquí. Pasaron muchos años y la cultura sigue vigente, como es el caso de la Sociedad Cultural Búlgara Iván Vazov.

Fundada el 14 de agosto de 1955, siempre persiguió su objetivo de incluir a la "Sociedad de socorros mutuos", "Sociedad Kiril y Metodi" y el club "Macedonio-Búlgaro". El foco primordial era la asociación para fomentar colectivamente la cultura. En ese contexto, surgió el Conjunto de danzas folclóricas Búlgaras de la Colectividad Sedianka. "Fue creado por Jordanka Nestorova (DANKA) y otros búlgaros. Trabajaban incansablemente en la Institución y Formaron el primer conjunto Infantil de la Colectividad que perduró y que con los años".

Sin embargo, quienes eran bien pequeñas crecieron y el grupo debió trascender las edades. Se transformó en juvenil y después en el de adultos. Como corresponde, desde el nombre buscaron mantener vivas las tradiciones búlgaras. "Sedianka proviene de una vieja costumbre de los pueblos búlgaros donde en las largas noches de invierno se juntaban todas las jóvenes en una casa para tejer, hilvanar o coser, cada una con su labor. En cada reunión de este tipo, estaban las mujeres mayores que cuidaban a las jóvenes.
En verano se hacía al aire libre y con fogatas. Ahí no faltaban los bailes y la alegría de la buena cosecha". relataron.

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Pudiendo rememorar un espacio significativo para formación de las parejas, en Berisso decidieron nombrarlo así. De esa manera, lo que comenzó con un grupo de menores terminó creciendo notablemente. "Actualmente participan aproximadamente 70 personas, la mayoría con ascendencia búlgara. Contamos con dos conjuntos infantiles a partir de los 6 años, prejuvenil, dos juveniles a partir de los 15 años y dos Mayor/Adulto, o como le llamamos nosotros “señor”, sin límite de edad", comentaron desde Sedianka.

Como relataron desde el elenco, Bulgaria está conformada por 6 regiones etnográficas. Entre ellas, la región de Shoppes, Tracia, Ródope, Pirin, Dobrudja y Severniashka. Claro, el baile y la música están bien latentes en todo el territorio. "Lo más característico de la danza búlgara en general son los movimientos que muestran costumbres y trabajos de la vida cotidiana, como por ejemplo cosechar o amasar. En ciertas regiones, estos movimientos son más notorios, pero todas lo muestran. También la mayoría de los bailes se realizan en línea o medialuna", contaron sobre sus costumbres.

Así, con pañuelos, cucharas y tapan, que es gran tambor de doble parche que se ejecuta con dos varas de madera representan parte de su tradición en Berisso. "Nosotros actualmente hemos estado realizando danzas de la región de Shoppes, Tracia y Severniashka, ya que ésta última es de donde proviene la mayoría de los inmigrantes búlgaros", relataron. Igualmente, toman el “Horo”, la danza tradicional búlgara que se encuentra presente en todas las regiones del país.

Rondas y una secuencia de pasos que se repiten son bien típicos de la expresión musical del pueblo búlgaro. Sin embargo, también hay cierta vinculación con la esencia de éste planeta. "En el folklore búlgaro encontramos permanentemente símbolos que representan la naturaleza, desde sus bordados hasta las danzas. Se da mucha importancia al igual que en el folklore argentino. Esa conexión con la tierra, tan fuerte que podemos encontrar en los pasos de la región de los Shoppes en Bulgaria", comentaron.

Manteniendo viva la cultura

Desde Berisso se trabaja cotidianamente para difundir la cultura búlgara, celebrando las fechas nacionales como el día de la independencia de Bulgaria. También, las pascuas ortodoxas, la liberación del pueblo búlgaro del Yugo Otomano o el día de los Santos Cirilo y Metodio creadores del alfabeto eslavo. Son eventos trascendentales para vida del pueblo de Bulgaria y, por ello, en Argentina también lo mantienen vigente.

"Hicimos encuentros de cine búlgaro, muestras de pinturas de artistas, como también exposiciones de libros en los que su autora es hija de búlgaros. A través de los platos típicos, con comidas caseras y de ambiente familiar, como lo vivían antes. Sabores de inmigrantes, pero por sobre todo, sabores de los platos que nos enseñaron nuestras abuelas o tías Búlgaras y que quedan en nuestro mayor recuerdo. Quisimos unir las dos identidades que nos representan, la Búlgara y la Berissense deseando crear un espacio inspirado en las fondas típicas de aquella época, en la calle Nueva York", relataron.

Como ocurre con otras colectividades del sur del conurbano bonaerense, la Fiesta Provincial del Inmigrante en Berisso es un evento primordial para el contacto cultural y la difusión de las actividades. Ellos la aprovechan para mostrar los platos típicos, las danzas. Además, tuvieron la oportunidad de mostrar su arte en la fiesta de Colectividades en Quilmes, Las Breñas, Provincia de Chaco, Mar del Plata, Monte Hermoso, Alem, Lobería, San Vicente y Necochea.

Cuentan que el baile es una oportunidad para mantener viva la cultura heredada de sus abuelos y bisabuelos. También para mantener vigente los conocimientos y transferirlos a las siguientes generaciones. "A veces es muy difícil expresar con palabras lo que realmente sentimos en el momento de escuchar la música o bailar. Uno simplemente puede cerrar los ojos y dejarse llevar por el ritmo, te sentís libre, todo es alegría, un conjunto de sentimientos inexplicables que solo los conoce el corazón", comentaron.

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Las costumbres y tradiciones identitarias de Bulgaria se mantienen vigentes a más de 12 mil kilómetros. En Berisso se cuidan las historias y relatos de los ancestros. Y el avance tecnológico ayuda a acortar brechas espaciales. "Tenemos la suerte de difundir todo lo que hacemos por las redes sociales, lo que nos permite poder acercarnos mucho más al país de nuestros descendientes y que muchos búlgaros puedan conocernos. Nos genera mucha alegría el reconocimiento que nos dan, por el esfuerzo que hacemos para transmitir su cultura a tanta distancia", cerraron desde Sedianka.