Los morenenses no tienen descanso y esta vez se manifestaron exigiendo la finalización  de obras y el esperado comienzo del asfaltado en barrios que parecen olvidados. 

Vecinos de la localidad de La Reja, partido de Moreno,  se expresaron en redes sociales para protestar por el estado caótico de las calles de su barrio. Algunos afortunados, donde ya han comenzado las obras, piden que por favor las terminen ya que provocan obstáculos para transitar y ni hablar de la tierra y barro que estas proveen.

Por otro lado, los residentes que vienen esperando hace años un poco de cemento en las calles, algunas para cubrir baches y otras para empezar con la promesa y acabar de una vez con las calles de tierra. 

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“Son un desastre como municipio”, apuntó Carmen quien fue una de las vecinas que inauguró el espacio de debate. Ante el comentario, se animaron a participar varios usuarios quienes expresaban que “ya va a hacer un año que empezaron Lisandro de la Torre y no lo terminaron. Ellos se hacen propaganda, son todos iguales, asumen como intendente, acomodan a los parientes y te aumentan los impuestos”, acusó Eduardo.

En esta línea, otra residente, Andrea, se sumó al pedido de la calle mencionada y sostuvo que está totalmente olvidada, “Lo venimos reclamando pero pareciera que es una tomada de pelo”. 

“Recién baldeé mi vereda, tiré agua en la calle porque no se aguanta la tierra. Todos los días llenos de tierra por donde mires, tengo negocio y a puerta cerrada atiendo. Ni la ropa se puede tender, muchos estamos con la garganta seca, los ojos igual”, comentó la ciudadana en referencia a las consecuencias de la tardanza en la obra interminable. 

En este contexto, según pudo saber El Bonaerense, no sólo Lisandro de La Torre es la cuestión, sino que también la Avenida Storni y las calles del costado del cementerio, las cuales hace más de cinco meses que permanecen cerradas.

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Los vecinos de Moreno luchan contra la inseguridad, obras eternas, basurales, falta de luminarias y ni hablar de las carencias de los hospitales. Hasta el momento, los residentes esperan y se quejan, mientras que el municipio hace oídos sordos a los mencionados reclamos.