El norte del conurbano bonaerense posee alrededor de siete espacios naturales, al menos uno en cada municipio.

Con la llegada del clima cálido se vislumbra la vida a pleno que hay en los ecosistemas biológicos. A propósito de ello, los municipios del norte de la provincia de Buenos Aires son reconocidos por la preservación de sus reservas naturales.

Es que cada localidad se apropia de los espacios naturales y los respetan. Es el trabajo de cada reserva, en parte, de ayudar a concientizar a la población de que es importante para la naturaleza el hecho de preservar a estos ecosistemas.

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Cada ciudad se jacta de comprometerse con la naturaleza, realizando tareas de preservación de ella con sus instituciones educativas, grupos sociales, etc.

Reservas naturales sobresalientes

La reserva Ecológica del Pilar es un espacio natural que limita con la bajada del río Luján, al noroeste de la provincia de Buenos Aires. Puede ser visitada por turistas accediendo desde la la ciudad de Pilar, mediante el acompañamiento del personal autorizado. Se pueden realizar paseos recreativos, observar aves, insectos, plantas y la naturaleza típica del lugar.

La Reserva Ecológica Ribera Norte de San Isidro cuenta con 50 hectáreas y hay más de 320 especies de plantas, 40 de peces, 12 de anfibios, 14 de reptiles, más de 230 de aves y 13 de mamíferos. Su visita será libre y gratuita a partir del 1 de diciembre del corriente año. Su atracción radica en las nuevas "Islas Distintas". Se trata de tres nuevas superficies terrestres que emergieron recientemente.

La Reserva de Biosfera Delta del Paraná comprende unos 900 kms cuadrados del sector bonaerense del Delta del Paraná. Es decir, ocupa una superficie total de 88.624 hectáreas. Esta misma se encarga de preservar los humedales, siguiendo la directiva de la UNESCO. Principalmente, está dividida en tres ambientes importantes: El “monte blanco” (selva ribereña), el “embalsado” y el bosques de Ceibo que está en recuperación.

La Reserva Delta Tierra de Tigre le ofrece a los turistas seleccionar su propia aventura guiada. Pero en todas se garantiza conocer y descubrir la vida animal y apreciar la flora de la región. En su interior tiene un vivero histórico y una huerta orgánica, en donde los más pequeños pueden tener su primer gran contacto con la naturaleza. En la reserva puede recorrerse la diversidad de ambientes presentes en el delta bonaerense. Ocupa el espacio en el que antiguamente se elevaba el monte blanco, dominado por especies nativas como sauce criollo y diferentes tipos de cañas.

En el corazón de Escobar se encentra la Reserva Natural Ingeniero Maschwitz. Actualmente, se encuentra destinada con fines educativos. Es espacio cuenta con puentes hechos con troncos de árbol, senderos junto al arroyo, túneles de vegetación, caminos más angostos y tupidos y otros más anchos y soleados. Según el último censo, se registraron 109 especies de vertebrados (96 aves, cuatro mamíferos, dos reptiles, dos anfibios y cinco peces), además de 10 especies de insectos. En el primer inventario de flora, se encontraron un total de 239 especies, 121 autóctonas y 118 exóticas.

Por último, la Reserva Natural Urbana El Corredor, de San Miguel. Esta fue premiada recientemente en un concurso nacional por el jurado del CONICET. Es un proyecto de restauración ambiental participativa que, mediante la realización de jornadas de limpieza, plantación de especies nativas y otras acciones de saneamiento ha permitido transformar un basural en uno de los espacios verdes públicos más grandes del distrito y en el área protegida con mayor participación ciudadana de la toda región.