La escritora, quien se define como inquieta y eléctrica, en diálogo con Bonaerense, contó sus comienzos, inspiraciones y brindó detalles de su poemario “Pétalo nocturno”.

María Belén Corso tiene 28 años y es Licenciada en Artes Visuales por la Universidad Nacional de las Artes, a su vez, se desempeña como docente en la misma institución y en Nueva Escuela de Diseño y Comunicación. Además, es gestora cultural en la Universidad Nacional de La Matanza y actualmente se encuentra cursando una Especialización en Lenguajes artísticos combinados.

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¡Qué currículum el de nuestra poetisa del oeste! si, ella es oriunda de Ramos Mejía, sin embargo, vive en un departamento jardín en Lomas del Mirador. La joven autora publicó el libro de poemas ‘Pétalo nocturno’ (Alción, 2020) y su colección de fanzines bajo el sello editorial Tipas móviles (2021), proyecto de Libro de Artista que fue presentado en el Museo Sívori en el mismo año. 

“Creo que el pensamiento es un trabajo constante y me gusta, “pensar, amo pensar” dijo D. H. Lawrence. La poesía se inmiscuye en mi vida, sucede yendo de un lugar a otro, la encuentro en una conversación, en cierta complicidad con el mundo. Dar clases y gestionar actividades culturales me sitúan fuera de mí, creo que es necesaria esa apertura”, comentó Corso.

Como sostiene, está en movimiento continuamente y siempre apoyada en la poesía, Maria contó, además, que en 2019 expuso junto al colectivo Mujeres que cortan y pegan por el 8M en Madrid, y formó parte del Premio Jóvenes Grabadores en PANAL 361. Sus poemas integran diversas antologías y revistas de Argentina, España, México y Estados Unidos. 

Pero todo comenzó cuando era una niña, “el primer libro leído por y con placer fue “Canciones para mirar” de María Elena Walsh. Casi adolescente leí “Andas por esos mundos como yo; no me digas / que no existes, existes, nos hemos de encontrar;” de Alfonsina Storni y fue un viaje de ida”, y confesó: “Muchos de mis poemas están escritos con esa ilusión”.

Obras

““Pétalo nocturno” lo fui construyendo mientras estudiaba en la Universidad, un pétalo compañero que una tarde leí en voz alta. Con cierta timidez y paciencia se convirtió en proyecto editorial, fotografías y poemas compartidos con amigos artistas y poetas”.

Al respecto, del poemario devino un audiolibro, el cual la escritora manifestó que fue toda una sorpresa, ya que fue excusa de regalo de cumpleaños. “Una vez editado el poemario por Alción, un amigo desarrolló la aplicación para que el 2 de noviembre de 2020 estuviera disponible, hermoso. A partir de esa base es que surgió la versión actual. La idea y todo el trabajo de programación fue de Diego Sanz, la música de Hernán Kerlleñevich -el otro regalo de cumpleaños estrella del 2020-, yo me encargué de la estética y de invitar -a quienes habían leído el libro- a formar parte del Audiolibro colectivo”.

Por otro lado, dijo que la colección de fanzines fue un trabajo realizado en paralelo, porque a cada capítulo del poemario le corresponde un fanzine, “me apoyé en imágenes y palabras para fabricar seis universos de texturas, perfume y color”.

Respecto a sus inspiraciones, la poetisa tiene uno muy claro, “Olivia me inspira, mi sobrina. Claro que tengo poetas estrellas, por etapas: Mary Oliver y Denise Levertov vienen ganando desde hace un tiempo. Las películas me inspiran pero no miro películas para escribir, miro películas porque son maravillosas. Caminar, gran parte de mi escritura sucede cuando camino”.

Divulgar la poesía

María Belén Corso, como se mencionó anteriormente, es gestora cultural en la UNLaM, allí, brinda vivos de poesía, manifestando su pasión a todos los presentes. “Empezaron en marzo del 2020 (desde mi cuenta personal) para dar a conocer “Pétalo nocturno”, a la segunda o tercera transmisión, la gente comenzó a enviarme sus poemas para que los leyera en vivo y decidí darle lugar a esa acción que surgió espontáneamente”.

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Y continuó: “Llevé el proyecto a la UNLaM y en septiembre de ese mismo año lanzamos por la cuenta de Instagram @unlamsocioculturales VIVO DE POESÍA, un programa donde se lee poesía contemporánea y conversamos con autores”. Los mismos se llevan a cabo primeros jueves del mes a las 19 hs.

Cabe destacar que en los encuentros participan personas de todo el país, incluso de Latinoamérica y España. “Los vínculos humanos y la forma de construirlos siempre llamaron mi atención, abrir la ventana digital y aparecer en México es una preciosura”, sostiene la autora.

Versos y naturaleza

La poeta se autodefine como amante de la naturaleza. “Un amigo solía decir que yo tenía una relación erótica con el cosmos, hay algo de eso en mis producciones” y agregó: “Hace poco volví de Ushuaia, fui a visitar a mi amiga Maia que también está enamorada de la naturaleza. Qué belleza la Lenga en otoño, caminar el bosque de Lenga y Coihue en otoño. Atravesar la estación implica aprendizaje, el paisaje no es ornamento, me constituye y yo a él”.

Por su parte, la joven también es la creadora de “Grillos” un poema fotográfico que surge a partir de un audio de Whatsapp. “El celular se volvió una caja de tesoros sonantes durante la pandemia. ¿Cómo se habita la presencia? Prefiero decir poco al respecto, que trabaje la imaginación como lo hizo durante esos meses de encierro”.

En esta línea, nos regaló el poema, el cual se puede encontrar en la nube. Sin embargo, próximamente saldrá la versión física. Y en cuanto a “Pétalo nocturno”: “Joaquín Rodríguez dijo que hay algo de “otros romanticismos” en el libro, existe un re-conocimiento en ese mundo vegetal tangible y soñado”, argumentó Maria. 

La artista se consideró inquieta y eléctrica, se podría decir que lo hace evidente, pero a su vez, se nota una pasión y calidez que desborda la pantalla. Desde El Bonaerense, aconsejamos leer a la escritora. ¿Dónde? en internet, en su cuenta de Instagram, a través del poemario “Pétalo nocturno”, el cual se consigue en librería Arcadia, mientras que los fanzines (fusión de fotografía y poemas) se consiguen en el sitio web de la Editorial Tipas Móviles.

Poemas que nos invitó a leer la artista

Duraznero

Ayer lo sentí,

el primer verano.

Fui carozo de durazno

y en mí, dejé morir la flor.

El frutal merecía aflorar

y con presentimiento de culpa

de la rama más alta

se suicidó el dulzor.

En la mano del hombre

el terciopelo maduro cayó,

con prisa y sin pausa

de un bocado lo devoró.

Fue entonces

cuando algo que no esperaba

entre sus dientes mordió,

y en ese instante

su presumida boca

con saliva impune lo escupió.

Comprendí que a las rosas

se le permiten las espinas

pero a los duraznos,

el carozo no.

De “Pétalo nocturno” Ed. Alción, 2020.

Fe

Ya no reviso el correo con mayúsculo detenimiento

busqué la silla de lona y me vine al patio 

miro cómo las mariposas bajan y cumplen

con su fidelidad libadora, yo espero ¡qué verbo!

encontrarme sin preámbulos 

con la de ojitos celestes y manchas anaranjadas;

dicen que todas son espíritu, nunca ausencia

ya lo creo, acá aman y duermen, por siempre

yo las junto, en una cajita rosa

y les beso el ala izquierda

en un acto de Fe.

Inédito, 2021

Intimación

Esta luz, estas ramas, me impacientan.

Por más azul que esté, el cielo se entromete.

Porque empiezo a notar

que hay algo más que debo hacer,

y no logro encontrar el ritmo de los días

al que en otros inviernos podía moverme bien.

Cortaron aquel árbol alto,

el que el amanecer doraba –ese fervor

de pájaros y querubines

callados. La sequía

había apagado el verde

en muchas de sus hojas.

 Porque sé

que una necesidad nueva ha empezado

a echar sus redes desde mí hacia 

un lugar desconocido. Busco

un silencio que está casi presente,

huidizo en los latidos de mi corazón.

Denise Levertov (Estados Unidos, 1923-1997)