“Recorro Hurlingham y le saco fotos desde diferentes perspectivas y momentos del día”, así se presenta el joven en su perfil de Instagram, Hurlingham en bici, con más de 2.500 seguidores.

Tomas (25) es un estudiante de ingeniería de sonido de la UNTREF, que solía andar en bici por la zona, hasta que un día, casi sin querer, creó una cuenta de Instagram donde comenzó a compartir fotos de paisajes que sacaba con su cámara del celular.

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“Salía a andar en bici por la mañana, me llevaba el celu y sacaba fotos mientras paseaba por Hurlingham, pero la galería del celular me explotaba y como seguidor de varias páginas de fotos de la Ciudad de Buenos Aires, dije: “podría hacer un Instagram y poner todas mis fotos ahí aunque no las vea nadie. De paso me sirve para liberar un poco el espacio y si las ve alguien y le gusta perfecto!””

Así fue como en el verano del 2021, más precisamente el 10 de febrero, nació lo que hoy ya es una comunidad. Este fotógrafo amateur comenzó el camino, en primer lugar, para hacer actividad física, pero luego, esas salidas se conviertieron en material de calidad para todos los vecinos que viven o vivieron en el partido. 

“Desde las primeras fotos que subí ya empecé a tener interacciones que me motivaban a seguir”, contó en diálogo con Bonaerense el joven, quien también da clases particulares de matemáticas, mientras realiza una pasantía de su carrera universitaria.

“Cada vez que le cuento a alguien, primero se sorprenden y después les copa bastante. Siempre tuve buenos comentarios al respecto” y además confesó que aunque el perfil sea un pasatiempo, tiene planes ambiciosos para que la cuenta siga creciendo. Sin embargo, descarta sacarle un provecho económico. 

Tomas es un fiel seguidor de páginas de fotografías de paisajes, contó que prefiere las fotos simples, mientras transmitan emoción. También le gusta jugar con los colores, las simetrías y las perspectivas. 

Al respecto, dijo que le gusta fotografiar en diferentes momentos del día, ya que de esa manera, se puede  conseguir distintos matices de colores.

Además de la fotografía, al joven le gusta jugar al fútbol, ir al gimnasio y por supuesto, andar en bici, que además de pasear en ella, es su medio de transporte habitual.

Hurlingham en bici es compartido por vecinos, amigos y hasta portales de noticias. Algunas personas ponen sus fotografías como fondos de pantallas, cuadros y tapas de CDs de bandas locales.

“Cuando la gente me repostea o me menciona y veo que le gusta lo que hago me da satisfacción y eso es  lo que me motiva a seguir haciendo lo que hago”. Y agregó: “me emociona mucho cuando me hablan personas que ya no viven en Hurlingham, que quizá viven en otra provincia o incluso en el exterior y me llegan mensajes de España, de gente que vivió acá hace 30 o 40 años, y ven mi Instagram y les trae un montón de recuerdos. Eso me recontra llena”, contó alegre.

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Por su parte, Tomás también tiene su lugar favorito del partido, es el circuito aeróbico, una pequeña calle  justo al lado del conocido Hurlingham Club.

El fotógrafo retrata desde los lugares más conocidos hasta los que solo unos pocos vieron. Allí, juega con sus seguidores, posteando fotos y adivinando ¿qué lugar es?, desde paisajes, estaciones de trenes, universidad y casas vecinas. 

En esa comunidad no solo se participa como observador sino que también se puede agarrar el celu, sacar una foto y compartirla con todos los seguidores de la cuenta. 

Por Micaela Molina.