Se especializó en la escultura y busca representar en sus obras la relación de hombre con la tecnología

Al entrar en la casa de Agustín Schiffer en Pablo Podestá, partido de Tres de Febrero, nos encontraremos con una gran cantidad de figuras humanoides metálicas en cada rincón

Estos figurines de hojalata recuerdan a los personajes del antiguo film “Metrópolis”, pero nada tienen que ver con ella. Son todas creaciones y personajes que salen de la mente de Agustín.

“Debo tener unas 30 esculturas en mi casa. Mi favorita es una que hice en resina hace unos años, una figura humana estilizada con escudo y lanza”, cuenta Agustín en charla con El Bonaerense.

Y es que, en sus ratos libres, después de volver de su trabajo como preceptor, se dedica a lo que tanto lo apasiona: el arte y la escultura.

“Siempre me gusto experimentar, explorar, hacer cosas un poco fuera del mapa. En principio me doy cuenta que siempre me gustaba desde chico, encontré en el arte y escultura había un nicho para mí. Estudié arte y después me evoqué más en la escultura”, dice Schiffer.

Mientras más se adentraba en el mundo de la escultura, más lo relacionaba con sus historias y que estos personajes que creaba, forman parte de una historia más grande. “Me gustan los robots y las maquinas, también la relación del hombre con la tecnología”, explica.

En principio, Agustín trabajaba con desperdicios de placas de computadoras. “Aprendí a soldar con un tío y eso me llevo a trabajar con el metal. También trabajo con resinas y con desechos industriales, o encuentro alguna pieza de metal en la calle y me la llevo”, dice el artista.

Su obra más impresionante es la figura que subió al techo de la casa de su hermano, que mide 2.5 metros de largo por 1.5 metro de alto y le tomó 1 mes y medio realizarla. Aunque los tamaños de sus esculturas suelen variar, según el material.

“En un principio, trabajando con componentes de la computadora, eran robots chiquitos de 10 cm. Las de resina son las más chicas hasta 60 cm. Últimamente lo que estuve haciendo son unos robots con chapa de galvanizada”, cuenta Agustín.

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Y agrega: “Utilizo herramientas de ferretería, en mi realidad del conurbano voy encontrando piezas y también me sirven a la hora de construir una figura. Cada pieza que encuentro y la pongo en un lugar diferente cobra un nuevo sentido”

El tiempo estimado para la creación de una escultura es de unas cuantas semanas. “Hice una serie de esculturas que me llevo hasta 3 meses, pero en general tardo 1 mes o 3 semanas en terminar una escultura”, explica.