"Tienen que pagar, a mi hermano no me lo devuelven"

La noche del 1° de octubre de 2020 fue un antes y un después para la familia Flores. Pablo se encontraba cubriendo el turno de un compañero a bordo de la línea 218, que recorre el partido de La Matanza, cuando fue asesinado brutalmente a la vista de todos los pasajeros.

El crimen tuvo lugar en la parada de ómnibus ubicada en las calles Río Orinoco y Fernández, a la altura de la rotonda del barrio San Javier de la localidad de Virrey del Pino. Según testigos, dos hombres pararon el colectivo, se acercaron por el lado izquierdo de la unidad a la ventanilla del conductor y efectuaron varios disparos, tres de los cuales dieron en la cabeza del chofer, que murió en el acto.

Tres años después, familiares y compañeros de trabajo del colectivero siguen reclamando Justicia y piden que se condene a los responsables del hecho. El Bona TV fue hasta allí para escuchar su testimonio.

"Es difícil estar parada acá otra vez, en el lugar donde pasó todo. Es necesario que lo siga haciendo en memoria de Pablo y en pedido de la justicia, que nunca llegó", confiesa Elisa Flores, su hermana.

"Esa noche me entero porque mi esposo es chofer de la misma línea, estaba de franco en casa, y nos llama un compañero de él y nos dice lo que había pasado. Él no me contó bien lo que había pasado, pero ahí me enteré y vine para acá", relata la mujer, sobre el momento en que recibió la peor noticia posible.

La Justicia había imputado a Oscar Ezequiel Vega, Néstor Fabián Marone y su hijo Adrián Alberto Marone como responsables del crimen. Sin embargo, el Tribunal Oral Criminal (TOC) N°5 de La Matanza los absolvió a los tres.

"Se encontraron pruebas necesarias que ameritaran que estuvieran detenidos, como la arma del homicidio y una campera de River que uno tenía puesta, el vehículo. Eso más los testimonios de los pasajeros" protesta Elisa.

Justamente, varios personas que iban a bordo del interno 75 de la empresa Almafuerte fueron testigos de lo que sucedió aquella fatídica noche de octubre de 2020.

"Yo venía con los auriculares paveando y, cuando me di cuenta, le dieron los dos últimos tiros a Pablo arriba del colectivo y no se podía hacer nada", sostiene una de ellas.

"Es feo que no haya nadie preso sabiendo que están las pruebas. La gente tiene antecedentes no por buenas personas y que estén afuera y otra por salir, lleva a no creer en la Justicia", agrega.

Por otra parte, los compañeros de trabajo coinciden en destacar los dotes de buena gente que tenía Pablo Flores.

"Como persona era magnífico, era muy buen compañero. No había otro compañero que hablara mal de él. Con nosotros siempre fue muy bueno", resalta uno de ellos.

En tanto que otro chofer considera que era "un excelente compañero".

"Todos hablan excelentemente de él. Era vida, luz, alegría y le quitaron todo lo que tenía por vivir", remarca su hermana.

Esa persona que todos elogian hace tres años que no está y únicamente forma parte de los recuerdos de su gente querida, porque un grupo de delincuentes le arrebató la vida. Y la Justicia de este país, una vez más, no les dio respuestas a ninguno de ellos.

"Tienen que pagar. A mí hermano no me lo van a devolver por más que paguen, no pueden estar caminando libremente por la calle" cierra Elisa.