15/09/2023
Desde el anonimato, una mujer recorre las calles del Gran Buenos Aires y recrea historias a través de las imágenes que aporta el Google Street View. "Los comentarios de la gente a veces son más graciosos que las fotos", reconoce.
por
Alejo Porjolovsky
Las redes sociales son un mundo en el que uno se puede encontrar todo tipo de cosas. Desde información y transmisiones de eventos en vivo hasta memes, todo está presente en las diferentes plataformas de comunicación surgidas al calor del auge de la internet móvil de los últimos años.
Una de las herramientas más utilizadas es Instagram, donde los usuarios postean videos e imágenes de su vida cotidiana y/o su trabajo. En ese espacio también se multiplican a diestra y siniestra creadores de contenido que aportan su valor agregado y suman miles de seguidores que reacciones a sus posteos.
En esa galería podría incluirse a la cuenta conocida como Conurmaps, que comparte capturas de las imágenes llamativas y bizarras de diferentes puntos del Gran Buenos Aires presentes al ingresar a la plataforma Google Street View.
Básicamente, recopila las fotos que han sido capturadas de manera aleatoria por los autos del emporio de internet y que, sin querer, engancharon situaciones llamativas. Un trabajo de orfebrería prácticamente, pero que genera muy buenos resultados.
"Me gusta recorrer calles con Google Maps, a veces encontraba situaciones bizarras o graciosas y se los mandaba a la gente que conocía. Una persona me sugirió la idea de crear la cuenta", revela M. Conur -seudónimo utilizado por la creadora de Conurmaps-, en diálogo con El Bonaerense.
Así como Banksy u otros artistas, la autora de los posteos mantiene el anonimato. Los únicos datos sobre su identidad son que es mujer, vive en el partido de Pilar y se recibió de psicóloga, aunque no ejerce tal profesión en su vida diaria.
Ese misterio es uno de los atractivos de la labor que hace en las redes sociales, donde cuenta con más de 42.000 seguidores y la cifra sube paulatinamente.
"Me focalizo en el Conurbano porque es el lugar donde vivo y, además, fue sugerencia de la misma persona que me dijo que cree la cuenta. Está bueno centrarse en un solo lugar, así la búsqueda es más concreta", explica.
"A veces las encuentro yo, otras veces me mandan por mensaje privado alguna captura o dirección para que vea. La elección es intuitiva", detalla.
"Mi favorita es una imagen de una plaza donde hay varias piletas pelopincho. Me encanta que no sea una ocurrencia individual sino de mucha gente. Me causa gracia e intriga pensar lo que puede pasar en ese lugar, sobre todo de noche", reconoce.
"También me gusta mucho una de las últimas, donde hay dos personas en actitud de pelea y está toda la gente de la cuadra mirando, hasta los perros", agrega.
Además de las risas y los retratos bizarros, Conurmaps sirve para hallar muchas historias ocultas en las fotografías. Una de ellas es la de una casa con una estatua enorme del genio de Aladín en la entrada
"Me contaron que la persona que vivía ahí tenía la idea de hacer un salón de fiestas infantil, empezó comprando la decoración pero después, por alguna razón, nunca logró abrir el local, entonces se quedó con eso", cuenta M. Conur.
"También hay otra foto con una historia atrás, es una imagen de un tipo tirado en el suelo como muerto o desmayado, solo en una esquina. Intenté averiguar qué pasó con él (la investigación está en las historia destacadas de la cuenta), pero no logré saber nada", relata.
Ante tanta cantidad de fotos, muchas veces hay gente que se reconoce a sí misma y se lo hace saber a la autora: "Pasó varias veces. Un chico que salió en la ventana de su escuela, una chica que reconoció las estatuas que hacía su abuelo. Lo escribieron en comentarios", asegura.
No obstante, la vecina del Conurbano reconoce que las reacciones siempre fueron con respeto y buena onda por parte de su comunidad, con la que considera que "hay intercambio".
"Los comentarios que escriben a veces son más graciosos que las fotos", confiesa.
Mantener el anonimato no privó a M. Conur de desarrollar una carrera paralela en el mundo de la escritura, donde fue reconocida en la Bienal de Buenos Aires de 2021, publicó una novela -Patadas en la boca, de Odelia Editora- y va camino a lanzar otra en breve.
"Desde el fin de la primaria que me encanta leer. En el secundario hice taller literario, de grande también, pero recién cuando terminé la facultad pude dedicarle más tiempo. Cada año lo disfruto más", reconoce.
Mientras tanto, sigue recorriendo el Conurbano y contando historias con las imágenes que comparte a través de Conurmaps, una cuenta de Instagram que ya se convirtió en un lugar de culto para sus fans.
"Soy una persona, un ser humano. Sí, un ser humano que disfruta compartir con otros las cosas que le gustan", concluye.
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