27/05/2024
Gabriel Mestre, había presentado su renuncia días atrás. El arzobispo llegó a ese cargo desde Mar del Plata.
La decisión del Papa Francisco de aceptar la renuncia del arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre, causó conmoción dentro de la Iglesia Católica. El purpurado de 55 años, dejó su cargo a menos de nueve meses de haberlo nombrado.
"El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis metropolitana de La Plata (Argentina), presentada por Su Excelencia Reverendísima monseñor Gabriel Antonio Mestre", informó el Boletín de la Sala Stampa de la Santa Sede.
El arzobispo difundió una carta que, lejos de aclarar las razones de esta repentina renuncia, intensificó las especulaciones. La misiva fue publicada por la AICA, la agencia de noticias vinculada a la conducción de la Iglesia argentina:
"Soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros" (Is 6,5). Con esta frase del profeta Isaías iniciaba mis palabras de agradecimiento en el día de mi ordenación episcopal en Mar del Plata en 2017. Hoy la repito, una vez más, consciente de mi debilidad y la debilidad humana de la bella Iglesia que es mi casa y mi familia. Iglesia Santa por el Ministerio de la Trinidad, Iglesia pecadora por la fragilidad de las personas que formamos parte de ella.
Días atrás, la Santa Sede me convocó en Roma a dialogar sobre algunos aspectos de la Diócesis de Mar del Plata luego de mi traslado a la Arquidiócesis de La Plata al ser designado arzobispo metropolitano por el Papa Francisco.
En la Ciudad Eterna, después de confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en la Diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el Papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense. Con profunda paz y total rectitud de conciencia ante Dios por cómo obré, confiando en que la Verdad nos hace libres (cf. Jn 8,32), y con obediencia filial y teologal al Santo Padre, inmediatamente redacté mi renuncia, que fue aceptada y hecha pública el día de hoy".
LEER MÁS El Vaticano publicó un documento para validar fenómenos paranormales y apariciones de la Virgen
El Arzobispado de La Plata es una posición de especial relevancia para el papa Francisco. Allí había estado su principal rival en la Iglesia Católica durante su época como cardenal primado de la Argentina. Monseñor Héctor Aguer, cuyas visiones pastorales y políticas eran opuestas a las de Jorge Bergoglio, fue reemplazado por Víctor "Tucho" Fernández, un aliado cercano y posiblemente la persona más próxima a él. Juntos habían dirigido la Pontificia Universidad Católica Argentina. Posteriormente, Francisco nombró a su amigo en un cargo de gran influencia: actualmente, Fernández es prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Sin embargo, ese nombramiento dejó vacante el puesto en La Plata, una arquidiócesis que a menudo rivaliza en importancia con la sede de la Capital Federal. Así, en julio del año pasado, Francisco decidió "traer" de Mar del Plata a Gabriel Mestre, un obispo alineado con él y que había destacado, entre otros asuntos, por denunciar públicamente a un sacerdote acusado de abuso sexual.
La partida de Mestre dejó vacante la diócesis de Mar del Plata, donde desde entonces se han sucedido cuatro obispos. José María Baliña, quien era auxiliar en Buenos Aires, renunció menos de un mes después de su nombramiento por motivos de salud, personales y familiares. Tras su abrupta salida, se nombró a Gustavo Larrazábal, que venía de ser obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, pero a los pocos días estalló un escándalo de denuncias por acoso y abuso de poder que lo apartó del cargo. Luego de estos contratiempos, Francisco envió a Ernesto Giobando como administrador apostólico a Mar del Plata.
LEER MÁS Desde hoy aumentan el pan y las facturas en el AMBA
Además de la carta del arzobispado a la comunidad, también publicó unos párrafos dirigidos a la feligresía de La Plata:
"Hoy dejo de ser el pastor de ustedes. Quiero decirles que he sido muy feliz estos ocho meses y medio y por eso se los agradezco de corazón. He disfrutado de cada encuentro con los laicos y laicas de todas las edades, con los consagrados y consagradas, con los seminaristas, diáconos, presbíteros y obispos auxiliares. ¡Gracias por hacerme sentir en casa! ¡Gracias por los gestos de delicadeza y amabilidad en cada una de las visitas! ¡Gracias por invitarme a ser parte de sus vidas! Realmente pude experimentar la diversidad y profundidad de la fe en Dios de muchos de ustedes, fe comprometida que me edificó y enriqueció más de una vez.
"Me duele partir, me duele dejarlos como pastor de esta Iglesia Particular que peregrina en La Plata, pero estoy seguro de que Dios tiene planes mucho mejores que hoy no puedo terminar de descifrar. ¡Confío en el Señor porque Cristo es nuestra paz (Ef 2,14)! Los llevaré siempre en mi corazón, rezaré por ustedes y los confio a la protección de la Bienaventurada Virgen María y la intercesión de la Beata Ludovica y el Beato Eduardo Pironio, para que puedan preparar esta nueva etapa en la espera del nuevo pastor que el Señor les regalará a través del querido Papa Francisco".
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
26 de diciembre de 2024
26 de diciembre de 2024
25 de diciembre de 2024