Hace 30 años que trabajan por el bienestar de las mascotas. Poseen un predio propio, donde 250 animalitos encuentran contención.

Uno de los temas que más preocupación y sensibilidad genera en la población son los animales de la calle. Muchos de ellos abandonados o viviendo en situaciones deplorables buscan sobrevivir y encontrar una familia y un hogar que los cobije. A pesar de los grandes esfuerzos que realizan las organizaciones protectoras, aún quedan muchos animalitos que necesitan esa ayuda. En el caso de Necochea, existe una organización que los rescata y los cuida, además de brindarles una nueva vida.

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CAAN lleva 30 años de tarea incesante para que los perros de Necochea y la zona puedan tener una segunda oportunidad. "Tenemos alrededor de 250 perritos en un predio en 107 y 66 donde los curamos, recuperamos y buscamos adopción", comienza explicando Cristina Camarero, vicepresidenta de la institución. El hogar de los animales es atendido por un matrimonio de caseros que vive allí junto al trabajo conjunto de los miembros de CAAN. "Organizamos salidas, paseos y adopciones", agrega.

La rutina para mantener a los amigos de cuatro patas está bien distribuida y organizada para asegurar su bienestar. El matrimonio de caseros se encargan por la mañana de limpiar el lugar junto con otra voluntaria y, por la tarde, el resto se va turnando para cuidar a los animales y su lugar. "Cortamos el pasto, los paseamos, los limpiamos y arreglamos las cuchas", explica Cristina. Y detalla que los fines de semana se intensifican las tareas: "Convocamos gente para que venga a ayudar, hacer paseos masivos. Hacemos las convocatorias por las redes y los vamos animando".

Si bien muchos perritos consiguieron un nuevo hogar, otros tienen que padecer el abandono por parte de sus dueños, sobre todo cuando tienen una edad avanzada. "Las adopciones se van dando, se pide más cachorro que adulto", indica Cristina. Y añade que "mucha gente es muy cruel, los descarta cuando se ponen viejos. Me ha tocado llevar un perro con un collar incrustado a la veterinaria. Eso es una señal de maltrato animal, el perro creció y nunca te diste cuenta de aflojarle". Y deja una interesante reflexión sobre las injusticia que padecen los animales: "Llegamos a un punto de crueldad que deberíamos parecernos más a ellos, que son fieles hasta la muerte".

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Otro tema con el que se lucha desde hace tiempo es la reproducción indiscriminada, tanto de los perros con hogar como los de la calle. Cristina afirma que es un tema de cultura y de generar mayor concientización. "Hay gente cómoda, prefiere que la perra quede preñada y después tirar los cachorros. También hacen falta más campañas de castraciones masivas". En relación a ello, desde la organización comenzaron a hacer estas campañas yendo un sábado a cada barrio donde hay salitas, para que gente con bajos recursos pueda acceder al quirófano móvil que tienen a disposición y así esterilizar a sus mascotas. "Por campaña estamos haciendo unas 45 castraciones por mes", indica.

Por cuestiones de tiempo o espacio, no todo el mundo puede darle asilo a un perrito o trasladarlo hasta el predio, pero puede colaborar con una cuota societaria de 300 pesos, lo que ayuda muchísimo tomando en cuenta los gastos sanitarios y de mantenimiento que demanda esta actividad. "Somos la única institución de Necochea que tiene un predio. Tenemos muchos gastos de arreglar cuchas, por ejemplo este año pudimos renovar todas y quedaron tipo casitas de cemento para que los perros duerman", explica Cristina. Asimismo, constantemente revisan los alambrados, los pisos y los techos.

Precisamente, un anhelo que tiene la gente de CAAN y los defensores de los animales es que un día exista un hospital animal público. "Son costos altísimos, hay que vacunarlos y desparasitarlos y se van enfermando. Algunos vienen accidentados y hay que atenderlos, un análisis clínico cuesta unos 4000 pesos, una placa 6000", enumera Cristina. Y entiende que las personas de bajos recursos serían las más beneficiadas, porque no todo el mundo puede brindarle a sus perritos un tratamiento veterinario. Y cuando envejecen, deben tratar el deterioro propio de la edad. "Hace rato que queremos tener uno, la verdad es necesario".