Las calles se llenaron de gente y la alegría se sintió en el aire. El Bonaerense salió a las calles y habló con los hinchas

Tras un Mundial lleno de sufrimiento, de esperanza y de lucha, Argentina se consagró campeón del mundo en Qatar. Messi pudo cumplir su sueño y levantar la Copa, y los 45 millones de Argentinos nos emocionamos hasta las lágrimas.

Como era de esperarse, cada esquina del país era una fiesta. Las banderas empapelaron cada rincón y todos estuvimos más juntos que nunca. El Bonaerense salió a recorrer las calles y habló con los hinchas.

Las abuelas fueron protagonistas de la tarde: "¡Acá hay una abuela!. Señora, ¿Usted tiene nietos? ¿Si?, bueno entonces Abuelaaaa la la la la", gritó un hincha que se encontró con una abuela en la vereda de una calle de San Martín.

Pudimos hablar con ella: "Me emociona porque yo estoy sola hoy y salí a la vereda para festejar con la gente, ya es la cuarta vez en el día que bailo al ritmo de "Abuela lalalala"", dijo visiblemente emocionada la vecina.

Seguimos camino y otra abuela nos frenó: "Es mi tercera copa, ¡Vamos mi país!" , gritó, y agregó: "Mi hija me quiere mandar a dormir pero yo estoy como para llegar caminando al obelisco".

Una familia salió a festejar. Iban la mamá, el papá, dos perros con la camiseta argentina y tres nenes de 3, 5 y 8 años. El padre no podía hablar de la emoción, pero, entre lágrimas, nos contó que siempre soñó con compartir esta alegría junto a sus hijos. "El más grande lloró cuando empataron el partido, me partió el alma. Ahora solo somos felices", agregó.

No faltó nada, incluso entrevistamos a una pareja que se abrazaban debajo de una bandera Argentina: "Compartir esto con ella es un sueño, te juro que si tuviese un anillo le pido que se case conmigo", dijo el joven dejando sin palabras a su novia.

Gente trepada a los semáforos, a los techos de las paradas de colectivos, colgados de los postes de luz. Hinchas abrazando hinchas, niños y niñas corriendo con espuma por las plazas, gente con sus perros vestidos con la Albiceleste. Sin dudas, el 18 de diciembre del 2022 será el día más recordado de la historia.