Es licenciado en Bioimágenes y apasionado por el boxeo. Enseña el deporte a los niños y colabora en comedores.

Trabajador del Hospital Interzonal en Mar del Plata, Jorge Cabrera es una persona con una gran vocación de servicio y ayuda al prójimo, en especial con los chicos y chicas de su viejo barrio, San Antonio, donde brinda clases de boxeo (su gran pasión) y colabora con el comedor barrial. Además, es un ejemplo de superación, ya que llegó a ser Licenciado en Bioimágenes. En diálogo con El Bonaerense, Jorge contó sobre su tarea solidaria y cómo ayuda a los niños a que salgan adelante.

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"Mi hermano enseñaba boxeo a los chicos en la plaza, pero de un momento a otro eran unos cuantos, así que en un momento dimos con el hombre a cargo de la sociedad de fomento del barrio San Antonio", cuenta Jorge sobre el proyecto. "Estaba todo abandonado, mugre, ratas, de todo. Limpiamos, nos dio las llaves y empezamos a darles boxeo a los chicos de la calle y el barrio. Todo tenía un fin social, y que tuvieran un lugar de entrenamiento y esparcimiento gratuito porque saliamos de la pandemia y la gente no podía pagar una cuota para llevar a los chicos a entrenar", agrega. A medida que avanzaron con las clases, el lugar se hizo conocido y el gimnasio fue tomando forma, a punto tal que hoy asisten unos 70 chicos de la zona.

La tarea no se limita solamente a la práctica del boxeo. También se dan clases de zumba y folklore y una vez por semana se les cocina con los chicos de una agrupación: "Mary les cocina una viandita y los chicos se la llevan a sus casas", destaca Jorge. Y añade que también brindan ayuda a otros comedores: "El Banco de Alimentos nos lleva algo de mercadería, nos donan ropas y con eso les damos continuamente a ellos y lo que sobra lo llevamos a un comedor que está en Camet bastante carenciado, la Victoria de Camet".

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Como se mencionó al principio, Jorge trabaja en el departamento de Diagnóstico por Imágenes y un día su predisposición de ayudar a los demás lo inspiró a tener una nueva idea solidaria: ayudar a las personas a tener recursos para insertarse laboralmente. "Yo trabajo en la organización del personal de mi servicio con dos médicas. Y notamos que cuando un agente ingresa al hospital le falta formación, entonces estaba pendiente que las personas pudieran tener una formación para que cuando ingresen tengan la experiencia necesaria para un trabajo", relata Jorge. Y agrega con orgullo: "Así surgió dar clases y jornadas de capacitación y de paso pedir si nos dan un alimento no perecedero quien pueda y la verdad que superó nuestras expectativas, se llenó el salón de actos con más de 70 personas. Incluso varias personas debieron seguirlo por Internet". Como él lo define, además de un carácter formativo tenía un fin benéfico y social.

El boxeo como medio de inserción social

Algo que destaca Jorge con mucha satisfacción, es la gran cantidad de chicos y chicas que se acercaron al boxeo y cómo se "contagiaron" de esa pasión por el deporte. "Mi hermano es boxeador, yo también lo fui y mi hermana lo practicó un tiempo. Nos gusta ese deporte como una disciplina, mucha gente lo ve como un deporte violento pero fuera de ese momento de combate el boxeo es una disciplina que enseña y educa para que no seas violento y andes en la calle a los golpes, te enseña a respetar, compañerismo", reflexiona sobre el mismo. Y agrega que "tiene un montón de cosas que son muy buenas, y una parte social que la gente que no conoce el deporte no lo sabe".

En el caso de Jorge, esto se cumplió con creces, y sus alumnos mostraron una mejoría notable a nivel social. "Nosotros hemos logrado encaminar a un montón de chicos que estaban en la droga, en la calle, chicos que han quedado huérfanos de madre y estamos ahí respaldándolos para que sigan estudiando", afirma. Y agrega: "Logramos que los chicos dejen de faltarse el respeto, de insultarse, agraviar a compañeras, y el darles el sentido de pertenencia los ayudó a que aprendan a respetar al otro. Estamos muy orgullosos del trabajo que estamos haciendo". En toda esta tarea no deja de reconocer y agradecer a Marcela y Diego, sus dos hermanos, quienes le dan una gran ayuda en su empresa por ayudar a los demás. "Para mí dos pilares fundamentales son mis hermanos, sin ellos no podría hacer nada prque no dispongo de tiempo para todo. Tengo 8 hijos y un bebé de 10 meses, y aveces uno le resta tiempo a su familia para ayudar a los más necesitados", reconoce.

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Otro evento que Jorge disfruta muchísimo es el día del niño y con él la posibilidad de sacarles una sonrisa a los más chicos. "El año pasado tuvimos más de 100 chicos y todos se fueron con su regalito y su pancita llena. Realmente de parte de Kiciloff y Fernanda Raverta nos han ayudado mucho para el evento, con los juegos inflables y la chocolatada. Además nos han donado parte de los accesorios de boxeo para el gimnasio", detalla. Además, agrega que vienen chicos de todos los barrios periféricos. "Vienen chicos con muhcas carencias que se enteran de nuestras actividades", explica. En cuanto a la celebración, Jorge asegura que "estuvo muy linda, quedamos muy contentos con los vecinos". Y ya están preparándose para poder llevarlo a cabo este año.

Superación y amor por el prójimo

Al momento de recordar sus orígenes, Jorge reconoce que tuvo una infancia difícil. Pero al mismo tiempo muestra gratitud por todos los que lo ayudaron en su camino. "Yo me crié en la calle desde los 8 años que mis viejos se separaron, me crié con mi papá pero siempre pidiendo, cartoneando. Tuve una vida muy difícil y sé lo que es pasar hambre, cuando uno conoce lo que siente esa criatura te lleva a siempre querer ayudar al otro", destaca. Y agrega: "En la vida me he encontrado gente muy buena que me ha ayudado muchísimo y he crecido gracias a ellos. Sé que en este mundo nadie puede estar solo, siempre necesitás a alguien que te dé una mano".

"Mi sueño era tener un título, yo quería llegar a eso. Gracias a Dios vivimos en un país tan generoso que me permitió terminar todos mis estudios, desde la primaria hasta la universidad. Obviamente uno puso un montón de esfuerzo, pero sin herramientas no hubiese podido", expresa Jorge sobre su crecimiento. "Y también mostrarle a los chicos que hay una salida, que hay que luchar para encontrarla. Uno viene de ese lugar y se puede salir, es lo que más me llena y me empuja a seguir luchando por ellos", concluye.