La realidad siempre -pero siempre- supera a la ficción. Te espero, acá, cada semana.

• EL BONAERENSE - ¿Cómo le va, agente Q?





• AGENTE Q - ¡Muy bien, amigo! Acá estoy de nuevo. Ya listo para un nuevo capítulo de Los Polichismes a la gorra.





• EL BONAERENSE - A ver, si la memoria no me falla, usted me prometió a mí y a los lectores que nos pensaba traer una sorpresa.
  AGENTE Q - Así es. Tal como le afirmo siempre, el agente Q siempre cumple lo que promete. Por eso, antes, le consulto: ¿A usted le gustan las novelas?





• EL BONAERENSE - ¿Las novelas? ¿Libros?





• AGENTE Q - No. Las novelas turcas. Lo digo solamente por ofrecerle un ejemplo. Estas historias tienes mucho éxito actualmente. Las audiencias televisivas quedan atrapadas. Yo le aseguro que la historia principal de este fin de semana no tiene nada, pero nada que envidiarle a una de esas novelas importadas, que rompen el rating en televisión.





• EL BONAERENSE - Me deja intrigado. O sea, esta vez, tenemos onda novelita extranjera.





• AGENTE Q - Sí, pero es algo netamente autóctono. Habrá advertido que en forma habitual nos ocupamos de un comisario general, que llegó a esa jerarquía por ser amigo del jefe de policía y a pesar de que había sido relevado, en 2019, de un cargo, porque se descubrió que un subalterno llevaba 100 kilogramos de marihuana dentro de una camioneta policial. Ese hombre se encuentra destinado en una superintendencia, situada en la zona oeste del conurbano. Hoy le propongo viajar a otra superintendencia, pero esta vez ubicada en el sur del Gran Buenos Aires.





• EL BONAERENSE - O sea que seguimos en el conurbano, aunque cambiamos de zona.





• AGENTE Q - ¡Exacto! Y hoy le toca el turno al archivo N° 692, que le corresponde a un jefe policial designado para conducir los destinos de una Estación de Policía de Seguridad, en un partido muy importante del conurbano.





• EL BONAERENSE - ¿Es el protagonista de la novela?





• AGENTE Q - Uno de los ellos. Comencemos. Yo creo que le va a gustar la historia. Hace un tiempo, este jefe policial decidió relevar a uno de los principales comisarios del distrito, que había incurrido en una falta catalogada de muy grave.





• EL BONAERENSE - ¿Una falta grave?





• AGENTE Q - ¡Muy grave! ¿Quiere adivinar?





• EL BONAERENSE - A ver. Déjeme pensar. ¿Al comisario lo relevaron por proteger a narcos?





• AGENTE Q - No. Había muchos problemas con los vendedores de drogas. Pero eran de los que podríamos calificar de tradicionales. Protección a boliches y todas esas travesuras. Yo le hablo de algo considerado mucho peor.





• EL BONAERENSE - ¿Algo peor? ¿Descubrieron un manejaba un desarmadero de vehículos?





• AGENTE Q - Tampoco, amigo.





• EL BONAERENSE - ¿Coimeaba a los dueños de los talleres mecánicos?





• AGENTE Q - ¡Frío!





• EL BONAERENSE - ¿Manejaba prostíbulos?





• AGENTE Q - ¡Muy frío!





• EL BONAERENSE - ¿Protegía a las bandas de piratas del asfalto.





• AGENTE Q - ¡Helado! Y eso que es una zona del Gran Buenos Aires en la que existen muchos robos de piratería, en rutas que son importantes.





• EL BONAERENSE Q - No lo comprendo, agente Q. Dígame usted qué es peor que los narcos, los desarmaderos, los prostíbulos, las bandas de piratas del asfalto y todo eso que se me ocurre.

• AGENTE Q - ¿Lo peor? EL COMISARIO ACABÓ POR SER RELEVADO DEL CARGO EN LA SECCIONAL PORQUE “LE ROBӔ LA NOVIA AL JEFE DE LA ESTACIÓN DE POLICÍA.





• EL BONAERENSE - ¡Epa! A ver si lo entiendo. El jefe de la estación policial tenía una novia…





• AGENTE Q - EL JEFE DE LA ESTACIÓN TENÍA UNA NOVIA/AMANTE, QUE ERA UNA MUJER POLICÍA. Y UN BUEN DÍA, LA CHICA HIZO UN CAMBIO DE AMORES. DEJÓ LOS BENEFICIOS DE SER “UNA DE LAS QUERIDAS” DEL JEFE DE LA ESTACIÓN DE POLICÍA Y EMPEZÓ UN VÍNCULO AMOROSO CON EL TITULAR DE LA COMISARÍA EN CUESTIÓN. O SEA, LO DEJÓ AL JEFE DE ESTA ESTACIÓN POLICIAL Y LO “CAMBIO” POR UNO DE SUS SUBALTERNOS.





• EL BONAENRESE - ¿O sea un romance entre policías?





• AGENTE Q - ¡Exacto! Una historia de amor que se inició en esa comisaría, entre el titular y una mujer policía que trabaja en la seccional. Voy a los detalles: parece que, un día, el comisario, que se había recientemente separado de su esposa, no tuvo mejor idea que seguir los dictados de su corazón, como se dice vulgarmente, y entonces entabló un idilio, con esta novia/amante de su superior inmediato. La chica resolvió abandonar las caricias y los mimos del jefe de la Estación y siguió el tren de la nueva propuesta sentimental.





• EL BONAERENSE - ¿Entonces, era amor genuino?





• AGENTE Q - Supongo que sí. Y como empezó en una comisaría, la nueva parejita siguió dentro de la comisaría.





• EL BONAERENSE - Ahora no lo comprendo.





• AGENTE Q - Ocurrió que el comisario había tenido que marcharse de su casa luego de la separación conyugal y no tenía un lugar fijo para residir. ¡Y vivía dentro de la comisaría! Y dentro de esa misma seccional los tortolitos resolvieron instalar su nidito de amor…





• EL BONAERENSE - ¿Eso es legal?





• AGENTE Q - No está mal que los titulares vivan en sus respectivas dependencias, en caso de ser cuestiones vinculadas al servicio a la gente. Pero le aseguro que los comisarios perciben salarios que les posibilitan fácilmente costearse el pago de un alquiler. Eso de que están mal pagos, es un verso para la gilada. En el pasado, hace ya varios años, había comisarios que decidían vivir algunos días de la semana en las seccionales, pero, como usted se imaginará, eran épocas de comisarios de verdad, que se tomaban en serio y con responsabilidad la tarea de la institución de seguridad en la Provincia de Buenos Aires.





• EL BONAERENSE - ¿Y en este caso puntual?





• AGENTE Q - En este caso, los gastos habituales de luz, gas y agua de la parejita de enamorados los pagaban directamente los contribuyentes, al abonar los impuestos.





• EL BONAERENSE - ¿Y toda la historia de amor ocurría dentro de la comisaría? ¿Era un lugar cómodo para dos enamorados?





• AGENTE Q - La seccional de la que le hablo es un inmueble muy amplio Le explico: en el primer piso, muchos años atrás, funcionó una de las viejas Unidades Regionales, de la época de los comisarios de verdad en nuestra querida policía provincial. Ya le estoy aportando varios detalles precisos del asunto. No es difícil averiguar de la zona de la que hago referencia.





• EL BONAERENSE - ¿Todo ocurría dentro de la comisaría?





• AGENTE Q - Bueno, no todo. A veces, los novios concurrían a un pub instalado en la ruta 16. Algo que sucedía a la vista de todos los subalternos y, por lo tanto, cuando los integrantes del Comando Patrulla pasaban por la puerta del pub veían a la parejita y, por la radio, se mandaban mensajes de móvil a móvil, burlándose el jefe de Estación. ¿Con qué autoridad iba a impartir órdenes a los otros?





• EL BONAERNSE - ¿Y entonces, que ocurrió?





• AGENTE Q - Cierto día, el jefe de la Estación se hartó y relevó al comisario. Lo sacó del cargo con una patada similar a la de Leopoldo Luque, en el gol a Francia, en el Mundial de 1978. ¿Lo vio en Youtube? Búsquelo. Se lo recomiendo.





• EL BONAERENSE - ¿A dónde fue a parar el comisario enamorado?





• AGENTE Q - Lo enviaron a hacer turno, o sea “banco”, a un Comando Patrulla.





• EL BONAERENSE - ¿Y a la chica?





• AGENTE Q - Ella todavía permanece en esa comisaría. Realiza tareas administrativas. Cree que, algún día, será eyectada de igual forma, debido a las tradicionales represalias.





• EL BONAERENSE - ¿Y ese romance continúa en la actualidad?





• AGENTE Q - Viento en popa, como diría mi abuelita. El jefe de la Estación de Policía se tuvo que conformar, por el momento, con su esposa.





• EL BONAERENSE - ¡Ah! ¿Es un hombre casado?





• AGENTE Q - No le dije amigo, acaso, que era una novia/amante. La esposa es otra. Con la esposa legal, hace algunos meses, el jefe de Estación se ha convertido en el padre de una hermosa bebita. ¿No es tierno?





• EL BONAERENSE - Pero, agente Q…¿Usted también conoce la vida sentimental de los distintos comisarios?





• AGENTE Q - ¡El agente Q sabe todo, amigo!





• EL BONAERENSE - Una curiosidad…





• AGENTE Q - Dígame.





• EL BONAERENSE - ¿El jefe de la Estación de Policía es un oficial que responde al sector del jefe de policía o es, como usted dice, del “otro bando”?





• AGENTE Q - Antes, era del sector que está en oposición a la ideología del comisario general Daniel Alberto García, el jefe de la fuerza. Pero hace meses, resolvió pasarse de bando, con el objetivo de sobrevivir en el cargo y dentro de la institución. Además, quiso estar en sintonía con el superintendente de la zona. Es un riesgo, en esa área del conurbano, pero habría que interpretarlo como un gesto de subordinación a la cúpula de García.





• EL BONAERENSE - Ya veo. ¿Y cuál es el riesgo?





• AGENTE Q - Hay que jugarse a ser aliado del jefe García en una zona en la que se sospecha que “operarían” ex miembros de la Secretaría de Inteligencia aliados a otro ex titular de la fuerza, que aparece sindicado como uno de los líderes principales del “sector opositor”.





• EL BONAERENSE - Ahora no entiendo nada de lo que me dice, agente Q. Me habla del famoso Jaime Stiuso, de la vieja SIDE.





• AGENTE Q - ¡No, amigo! ¡Otro sector! ¡Un grupo con el que el ministro de Seguridad, don Sergio Alejandro Berni, pretende llevarse de la mejor forma posible! Pero, esa es otra historia. Otra clase de romance. Un romance sin amor, por pura y simple conveniencia. Algo que, si quiere, tocaremos la próxima semana. En una zona en la que hay comisarios mayores que son pasados a retiro por cuestiones de edad y que, por obra y gracia de los respectivos padrinos, regresan al cargo en situaciones de total irregularidad. Una zona en la que los empleados de los juzgados federales llaman por teléfono a las comisarías y los policías les cortan las comunicaciones. Una zona descontrolada.





• EL BONAERENSE - ¿O sea que Jaime Stiuso no tiene nada que ver con estos temas?





• AGENTE Q - ¡Déjelo tranquilo al ingeniero de San Justo! Espere. Sea paciente y en siete días le cuento bien el asunto.





• EL BONAERENSE - ¿Me lo promete?





• AGENTE Q - ¡Por supuesto, amigo! ¡No se olvide nunca que el agente Q siempre cumple sus promesas!