María Teresa, creadora del Comedor, dialogó con El Bonaerense: "Ahora son 80 familias y más de 200 niños los que vienen a comer".

En aquellos lugares marginados, a donde el Estado no llega con sus políticas de bien estar, es ahí en donde se hace notar el solidario trabajo de los merenderos y comedores en los diversos municipios del norte de la provincia de Buenos Aires.

Lo interesante de esta labor radica en lo que finalmente representan las personas que coordinan los lugares comunitarios para los vecinos que asisten a ellos para poder garantizarse un plato de comida al día, por lo menos.

Este es el caso del Merendero y Comedor Panza Llena Corazón Contento, de San Fernando. La referente del mismo María Teresa dialogó con El Bonaerense y contó: "Nació en el 2018. Me movilizaron los chicos, porque un día, mis hijos vinieron a mi casa con sus amiguitos a merendar. Después vinieron cuatro nenes desconocidos a pedirme que les dé la merienda".

"Después de que comieran les dije: "Ahora sí, panza llena y corazón contento". Y así quedó el nombre a futuro del Merendero", relató Tere, como más le gusta que le digan. "Ellos después fueron a pedir donaciones a los comercios para que les haga de nuevo la merienda y al día siguiente vinieron con mercadería y con más amiguitos. Así fue como nació", explicó la mujer de San Fernando.

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Por su parte, María Teresa contó que el merendero actualmente funciona en su domicilio, pero gracias a la ayuda vecinal, están construyendo un Merendero con más espacio: "Por suerte nos ayudan muchas personas. No solo recibimos donaciones de los vecinos de los barrios populares, también de las personas que viven en el country La Damasia".

Ello, sumado a que un comerciante se dedica a donar materiales y mano de obra de albañiles para la construcción del edificio. "Me empecé a movilizar yo y a salir a pedir. Los primeros dos años fueron durísimos, pero ahora atendemos a 80 familias y más de 200 niños", confesó Tere.

"Hoy en día amaso 20 kilos de harina por día para hacerle el pan a los chicos", contó María, quien se dedicaba vender pan casero y demás productos del rubro para subsistir. "Le damos alrededor de cuatro o cinco facturas a los chicos para la merienda", remarcó la mujer.

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En tanto, María Teresa explicó que el Merendero es un espacio de contención para los menores, que no lo tienen en sus hogares. Se trata de niños que provienen de lugares hostiles y en el Comedor, no solo socializan con otros de diferentes edades, sino que también son educados por María Teresa.

"Le entregué mi vida completa al merendero. Todas las donaciones que llegan yo las destino al merendero y las registro porque soy muy transparente con los vecinos", explicó la sanfernandina, quien destacó que también recibe aportes de ropa, calzados, útiles escolares y juguetes para los menores.

El vínculo del Merendero con Tigre

Uno de los donantes especiales del lugar es Luis Islas, ex arquero de Tigre. Es tal el compromiso del ex deportista que un día le confesó a María Teresa, según ella contó: "Mirá, Tere, si al Diego no le pasaba lo que le pasó, yo te lo traía".

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Por su parte, los hinchas del club de Victoria se dedican a mandar donaciones para el Merendero. Tal es la relación que hasta el "Chino" Luna fue al lugar para visitar a los niños. Sobre ello, Tere contó: "Nos cayó de sorpresa. Es un hombre muy humilde, le servía el plato de comida a los niños y les autografió las camisetas y pelotas".

"Mi prioridad son los chicos, siempre van a ser los chicos. Que se alimenten, que coman y crezcan", cerró María Teresa, referente del Merendero y Comedor Panza Llena Corazón Contento.