El ex boxeador volvió a ser un foco de atención a nivel nacional, esta vez por violencia de género en Tigre. Por eso, El Bonaerense hace un repaso de su vida más allá del deporte.

Jorge Rodrigo Barrios, conocido por todo el mundo como La Hiena Barrios, es un ex boxeador. Gracias a su talento, llevó a la bandera Argentina a lo más alto, cuando fue campeón del mundo en 2005-06. Sin embargo, más allá de esas luces, desde hace años parece que a su vida sólo la rodean sombras.

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Este viernes 4 de febrero, el oriundo de Tigre volvió a ser noticia a nivel nacional. ¿La razón? violencia de género y amenazas con arma de fuego, según lo relatado por la denunciante, Soledad Muñoz. Así, el ex campeón volvió a quedar detenido.

Lejos quedaron esos días de gloria en el Miccosukee Resort & Gaming de Miami, donde ganó el título mundial; o en el Orfeo Superdomo de Córdoba, donde logró la primera defensa; o en el Staple Center de Los Ángeles, donde logró la segunda. Las víctimas del accionar de este ex boxeador ya no son Mike Anchondo, Victor Santiago o Janos Nagy. Nada de eso. Hoy lo sufren, fuera del ring, personas inocentes y sus parejas.

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No habría sido la primera vez

La denunciante aseguró que los propios fiscales y jueces le contaron que el tigrense ya tiene otras denuncias por violencia de género. “¿Por qué él no quedó detenido? ¿por qué él no quedó imputado?”, expresó. Y agregó: “¿Qué están esperando, que vuelva a matar a alguien más?”.

Asimismo, en un programa de TV le faltó el respeto de forma muy violenta a la madre su hija, con varios insultos. “Si te levanto la voz es porque me enseñaste vos”, le gritaba.

Otro caso de violencia

Además del presunto accionar contra mujeres, la Hiena protagonizó otros tipos de enfrentamientos violentos. En 2010, por caso, se agarró a las piñas con su colega Jorge Castro en un boliche bailable de la Ciudad de Buenos Aires. La razón, según Locomotora, fue que él no estuvo a favor de la Hiena cuando sucedió la tragedia de la chica embarazada.

“No lo vi en sus cabales, no sé si por alcohol o por qué sustancia. Yo traté de evitar el inconveniente”, sostuvo Castro.

Su adicción a las drogas

Además de la detención de Barrios, el fiscal dispuso el allanamiento de urgencia en su domicilio. Durante el procedimiento policial se secuestraron dos plantas de marihuana. Y diversos testimonios indican que serían una adicción del ex boxeador de 45 años.

De hecho, el hecho de violencia se habría desencadenado a raíz de las plantas de marihuana. “Él solo se imaginó que uno lo podía llegar a denunciar por las plantas de marihuana que tenía. Dijo que su libertad no tenía precio y le agarró una locura”, comentó la presunta víctima.

Al querer descartar las plantas, quebró una de ellas y estalló de bronca. “Ahí se detonó cuando vio que lo estaba grabando. Con la remera se tapa la cara y murmuraba cosas por lo bajo. Ése fue el detonante”, precisó la mujer

Asimismo, como su ex colega Locomotora mencionó, ya se lo había visto en otras ocasiones, presuntamente, "pasado" de sustancias.

Homicidio y prisión

Más allá de este hecho, Barrios ya conoce muy bien lo que es estar detenido (o en la cárcel). Es que el 24 de enero de 2010, en Mar del Plata, chocó con su camioneta a otro vehículo que estaba estacionado sobre una calle de esa ciudad de la Costa.

Este segundo auto arrolló y le provocó la muerte a Yamila González, 20 años, embarazada de seis meses. Pese a lo trágico de la situación, el ex boxeador se dio a la fuga, escapando a toda velocidad y en contramano (estaría alcoholizado y con sustancias).

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En abril de 2012 fue condenado a cuatro años de prisión efectiva por homicidio culposo. Pese a que pagó la fianza de 200.000 pesos argentinos y se fue del penal de Campana, fue detenido en 2014 nuevamente. Claro, la fuga y el bebé de Yamila fueron claves para que termine preso. Recuperó la libertad en 2017.

¿Dios lo volverá a "perdonar"?

Luego del asesinato culposo de Yamila y su bebé por nacer, todo parecía indicar que la Hiena mejoraría. “La Biblia me ayudó a disfrutar de la cárcel”, había dicho en su momento.

“Le pedí perdón a Dios, y Dios me perdonó. Si Dios mandó a Jesús a morir para pagar nuestros pecados, y yo estuve dos años y tres meses en la cárcel, ya no tengo más pecados. Estoy limpio”, había asegurado. Sin embargo, ahora parece estar lejos de eso y aún más lejos de sus días de fama y de gloria. Y además de un nuevo perdón de Dios, ahora deberá esperar, también, la resolución de la Justicia.